POESÍA

Pasarán por el fuego las palabras
y la voz dictará al oído una ofrenda.
Todo lo que debemos decir
viene desde el misterio,
viene a nombrar lo que estaba escondido
y será revelado en el poema
como una verdad inalterable.

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PAÍS

No quiero un mundo sin colores.
Ni mirar la vida a través de un vidrio neutro.
Quiero desempañar cristales.
Romper esos decretos.
Saber que nunca me apartaré
de la lucha por lo digno.
Quiero recoger los signos,
las miradas, los reclamos,
los aullidos de dolor por lo profano.
Quiero propiciar la vida.
Ofrendar la mía.
Dar mi canción y mi boca.
Quiero una nueva tierra.
Un hombre nuevo.
Un país blanco y celeste.
Cambiarlo todo.
Cueste lo que cueste.

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DE MÍ

De mí
todo el fragor
el torbellino
la fuerza de la flor
el resplandor del beso.

De mí
la nota musical
el canto compartido
centella de cristal.

De mí
un sol incandescente
también la bruma gris
y la melancolía.

De mí
la palabra que te debo
los olvidos que te hirieron
y la daga del silencio.

De mí
lo que no pude
lo que no supe
lo que me queda
lo que no di,
de mí.

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LA PALABRA LIBERTAD

Alguien dijo la palabra libertad.
Recién entonces descubrimos las rejas
y quedamos sin voz frente a los cerrojos.

Mirábamos pasar a los otros
caminando con cadenas,
sin darnos cuenta
que caminábamos junto a ellos.

Ahora,
tendidos en el sopor,
no sabemos contar las horas
ni cuánto durará esta vigilia
o quién nos despertará
de este maldito sueño.

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ELLA SE HA QUEDADO DORMIDA

Ella se ha quedado dormida.
Abandonada al sueño del misterio,
desnuda al interrogante de saberse amada,
se ha quedado dormida.

Él la contempla en la penumbra.
Quizás cuando despierte,
ella le pregunte
si ha amado
alguna vez a una mujer,
y se astille en su corazón
lo que no tiene respuesta.