El gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales, reconoció que hay un “subregistro” de casos de coronavirus en la Argentina. En otros términos, planteó que hay muchos más enfermos que los que fehacientemente quedan asentados en la base de datos oficial del Ministerio de Salud. La explicación es simple: la falta de testeos masivos.
“El Consejo de la Organización Mundial de Salud es testear, testear y testear... pero no podemos hacerlo”, blanqueó el mandatario provincial, que en las últimas quedó en el foco de la polémica por haber habilitado el viaje de un micro con inmigrantes que partió desde su provincia y llegó ayer a Buenos Aires.
A modo de ejemplo, contó una de las dificultades con las que se encontraron la última semana. Si bien recibieron 1.000 test PCR, recomendados por los expertos para hacer las pruebas, tienen escasez de hisopos, otro insumo necesario para poder hacer las pruebas.
“Son como una pipeta chiquita que cuesta centavos, pero no hay. Estamos buscando hasta en China y en Europa, pero no hay por ningún lado. Entonces, por ahora podemos hacer 250 pruebas pese a que tenemos 1000 tests", informó en diálogo con Fabián Doman en radio La Red.
A la par, la provincia comenzó a comprar tests rápidos que si bien no pueden ser utilizados para diagnosticar la enfermedad con precisión, pueden ser útiles para ciertos segmentos.
En virtud de esta y otras dificultades, Morales puso en duda las estadísticas de las provincias que no tienen contagios reconocidos oficialmente.
Para graficar la importancia de los controles masivos, el gobernador contó que recientemente hicieron análisis a personas que estaban haciendo la cuarentena en hoteles y se encontraron con dos casos positivos asintomáticos. Eran personas que estaban enojadas y querían abandonar el aislamiento, pero los médicos constataron que hay pacientes que pueden tener la enfermedad aunque no hayan manifestado fiebre junto a tos, dolor de garganta o dificultades para respirar.