Graciela Ortega, integrante del grupo de Padres TEA Formosa, insistió en el aire de La Mañana en Vivo por una ley de autismo en la provincia. Habló sobre la importancia de contar con una herramienta legal para abordar la problemática desde la educación y la salud. Contó cómo los chicos con estos trastornos están “sobrellevando” la cuarentena y el distanciamiento social. Y reconoció que el encierro y la falta de clases están generando retroceso en las rehabilitaciones.

Por el estado de emergencia sanitaria que transita el país por el coronavirus, padres del Grupo TEA Formosa no pudieron realizar actividades públicas este jueves 2 de abril, fecha en que se celebra el Día Internacional de la Concientización sobre el Autismo. Ante esta limitación, muchos de ellos lanzaron una campaña de concientización por las redes sociales para masificar la sensibilidad sobre la problemática y motivar al cambio de conductas sociales ante chicos que presentan esta condición.

En la primera parte de la entrevista, Graciela insistió con el pedido de una ley de autismo para abordar con mejores herramientas una problemática que todavía necesita políticas públicas precisas en salud y educación.

“El proyecto fue presentado en el 2018 en la legislatura provincial y todavía no tenemos novedad. Lamentablemente estamos esperando por una ley que nos va a simplificar muchos aspectos de nuestras vidas. Lo más importante, entendemos, es que con esta herramienta legal, muchas familias podrán acceder a terapias gratuitas en centros exclusivos de asistencia para chicos con trastorno del espectro autista (TEA). Sobre todo, en aquellas que no pueden pagar o no tienen obras sociales. La detección precoz es otro reclamo de nuestra agrupación”, refirió.

Y agregó: No avanza simplemente porque dicen que es una ley muy amplia y va ser difícil de abordarla y cumplirla en todos sus aspectos. De todas maneras, seguiremos insistiendo en esta ley y luchando para que haya un criterio uniforme del estado sobre esta problemática, que comprende no sólo la parte de salud, sino también la educación”.

El encierro, un problema

Por último, a Graciela se le preguntó desde la mesa periodística de La Mañana en Vivo cómo los chicos TEA están transitando sus días de cuarentena, dado que entre sus características principales está la hiperactividad: “Dentro de lo cotidiano, en el caso de mi hijo Benjamín, la está sobrellevando bien. De todos modos, el chico con autismo necesita salir, descargar energías, correr, el encierro es un problema.

En nuestro caso, tenemos que hacer un paseo en el auto para que se distienda y se relaje un rato. El gran problema es que no está cumpliendo con la terapia de rehabilitación, como tantos otros, y se siente saturado del encierro. Por este motivo, no logra estudiar con las tareas domiciliarias que envía el docente y que pasan por el acompañante terapéutico, le está faltado la compañía de sus compañeros de clase, ésa es su conexión con las actividades de la escuela. Es un gran retroceso para su rehabilitación”, explicó.