CLORINDA (de n/agencia) - En la noche del domingo, alrededor de las 19 horas, un grupo de 20 personas intentó atacar la base naval de Itá Enramada, Paraguay, pero cuando aparecieron los refuerzos de seguridad, los atacantes se dieron a la fuga. Horas antes, otro intento ya había generado disturbios frente a la base militar. Se trata de trabajadores informales de la zona del puerto, que exige el cese de la cuarentena por coronavirus y que se retome el trabajo diario con la ciudad de Clorinda.
De acuerdo a fuentes consultadas por la Corresponsalía de La Mañana, se trataría de trabajadores estibadores de la zona quienes, molestos por los estrictos y constantes controles a los que son sometidos, actuaron de manera “vehemente”, según la fuerza naval, intentando atropellar el resguardo de la Prefectura paraguaya.
La molestia de los trabajadores es producto de las restricciones que implementó el Gobierno con el decreto presidencial, que procura disminuir la movilización y aglomeración de las personas.
El comandante de la Armada guaraní también dijo anoche que “se trata de una turba de 15 a 20 personas que en los últimos tiempos no pueden trabajar y no se les ocurrió mejor cosa que atacar el destacamento”. En la revuelta, un oficial resultó herido. También quemaron cubiertas frente al destacamento.
Las personas se reunieron y tenían en su poder petardos y piedras, con los que intentaron amedrentar y llegar hasta la dependencia militar.
Los agentes de la Comisaría lograron controlar a la turba, que luego se dispersó para dividirse en grupos y quedaron apostados en los pasillos frente a la Prefectura.
“Vivimos toda la vida del comercio con Clorinda. Necesitamos que se reabra el puerto para subsistir”, gritaban, en un incidente que podría ir subiendo de tono en la medida en que se sostenga el aislamiento y la inactividad fronteriza en Paraguay.