CLORINDA (de n/agencia) - A lo largo de su historia como ciudad, Clorinda estuvo caracterizada por la amplia franja de trabajo informal que gira en torno al comercio. La sorpresiva paralización total de la actividad comercial dejó consigo a miles de personas en condición de absoluta vulnerabilidad, al perder de la noche a la mañana su sustento diario.
En esta franja de trabajadores están los propios comerciantes, muchos de ellos monotributistas de categorías más elevadas a las beneficiarias de algún tipo de ayuda del Estado, los empleados mercantiles en negro, estibadores, carretilleros, fleteros, cambistas, sólo por citar a un grupo de los trabajadores independientes. A estos, se suman los vendedores ambulantes como chiperos y quienes comercializan otras comidas rápidas al paso, puestos de frutas y verduras, copetines, cuidadores de motos y bicicletas, cadetes de supermercados, entre otros.
Pero el “parate” obligatorio también obligó a cerrar tiendas y boutiques, copisterías, kioscos, bares y restaurantes; lo hace notar la fuerte quietud que hubo en las dos últimas semanas en la segunda ciudad.
Muchas de estas personas dependientes de sus actividades particulares exclusivamente, no figuran en las listas de ANSeS que accederán a los beneficios anunciados por el Estado, ya que el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, los dejó sin trabajo y por ende sin posibilidad -al menos por ahora- de continuar con sus actividades de subsistencia.