Economistas del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea desglosaron en un detallado informe las características de la red ferroviaria argentina y todo lo que perdió durante más de medio siglo de desinversión.

El trabajo, realizado hacia fines de 2018, muestra datos elocuentes del ocaso del ferrocarril de cargas. Al año 2016, indica, el sistema de trenes de carga en el país contaba con casi 18 mil kilómetros de vías, que significan apenas la mitad de los 34 mil kilómetros que había en el año 1976. Este retroceso de 16 mil kilómetros a lo largo de las últimas cuatro décadas representa un promedio de desactivación de 400 kilómetros de vías por año. Nuestro Ramal C25 se incluye en este capítulo, dado que su debacle comenzó a mediados de los años noventa.

El documento del Ieral exhibe otros números impactantes, entre ellos los relacionados con la pérdida de influencia del tren de cargas. En 2007, lo ferrocarriles alcanzaron el pico de toneladas transportadas con 25 millones de toneladas, cifra que bajaría a menos de 20 millones de toneladas a partir de 2012.

Pero el valor más severo es el que refleja la proporción de la cosecha que llega a los puertos en vagones y no en camiones: entre 1997 y 2012, la participación del tren se situó entre el 13 y el 15 por ciento, para luego decaer hasta tocar su piso en 2017, con apenas 8,4 por ciento.

Lo que ocurrió, en la práctica, fue que la cosecha subió de menos de 100 millones de toneladas hasta 135 millones en el ciclo 2016/17. Pero ese crecimiento no fue acompañado por inversiones en la red ferroviaria, y por eso decayó la incidencia de los trenes.

La pregunta que contiene este trabajo, y que este diario también se hace, es si la Argentina podrá recuperar el esplendor de su red ferroviaria en los próximos años, para que deje de salir más caro un flete desde Formosa hasta el puerto de Buenos Aires que de Buenos Aires a Europa.

Pregunta difícil de responder en las actuales circunstancias financieras del país, pero clave pensando en el futuro de las economías regionales. La Argentina es muy extensa y las decisiones que se toman en la Casa Rosada no siempre tienen en cuenta esta dimensión. La falta de señales de reactivación del Ramal C25 después de casi 20 años de paralización es prueba más que evidente de ello.

Los ferrocarriles son el medio de transporte en el que más han invertido en los últimos años no sólo los países europeos sino otros como China, Rusia y Estados Unidos, naciones árabes y algunas africanas. Por si hiciera falta recordarlo, los trenes tienen varias ventajas para el transporte de pasajeros y de carga, entre ellas, la economía, la seguridad y el respeto al medio ambiente.

Entre las promesas de poner al día obras en la provincia, que el Gobierno nacional viene efectuando, todavía no apareció una concreta sobre el ferrocarril. Aunque no descartamos que la pueda haber, incluso, en el corto plazo, lo que debe advertirse es que si en algo han coincidido el kirchnerismo y el macrismo en su relación con Formosa durante 17 años, es en el desdén que tuvieron para con nuestro ramal.