El obispo diocesano, José Vicente Conejero, presidió este miércoles por la noche la Misa del Miércoles de Ceniza, en la que se impone este elemento en la frente de los fieles como signo del arrepentimiento de los pecados, y con la que se da comienzo al tiempo litúrgico de la Cuaresma.

De esta manera, comienzan para la Iglesia católica los cuarenta días de penitencia y conversión, ayuno y solidaridad, para prepararse para la Semana Santa y la Pascua.

El 9, 10 y 11 de abril respectivamente serán el Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo, mientras que el domingo 12 será Pascua de Resurrección.

Mensaje

En su homilía, el obispo comenzó reconociendo sentirse “aleccionado y muy feliz” por la numerosa presencia de fieles que colmó el templo de la Catedral y las demás iglesias de Formosa para participar de esta liturgia y “escuchar la Palabra de Dios y seguir con autenticidad y sinceridad lo que el Señor quiere de nosotros”.

Al ser éste un tiempo de conversión, aseguró que el amor y la misericordia de Dios son más grandes que “cualquier pecado” que pueda tener la persona. Sin embargo, advirtió que para recibir el perdón hay que ser humildes ante el Señor y no tener una actitud de arrogancia. Por eso, dijo que convirtiéndose se podrá encontrar la paz en el corazón.

Monseñor Conejero no obvió una preocupación mundial como el coronavirus, pero remarcó que existen otros males que deben tener la atención del pueblo de Dios, como la desigualdad, las injusticias y “el atentado contra la vida” de quienes promueven la legalización del aborto.

Una de las características de la Cuaresma es el llamado a dar limosna en el sentido de ayudar al prójimo. Por eso el obispo llamó a ser generosos y no acumular bienes, sino compartirlos con los demás.

Concluida la homilía, se cumplió con el gesto de la imposición de las cenizas, obtenidas de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año pasado.

Ceniza

Cabe recordar que el Miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma. Los fieles cristianos inician con la imposición de las cenizas el tiempo establecido para la purificación del espíritu.

Las cenizas son impuestas en la frente del fiel, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras bíblicas “acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás”, o “conviértete y cree en el Evangelio”.

Recuerda una antigua tradición del pueblo hebreo, que cuando se sabían en pecado o cuando se querían preparar para una fiesta importante en la que debían estar purificados, se cubrían de cenizas y vestían con un saco de tela áspera. De esta forma se reconocían pequeños, pecadores y con necesidad de perdón de Dios.