En una recorrida por la zona, La Mañana pudo dialogar con la víctima del hecho delictivo, quien admitió que se siente insegura, pese a ser una zona de mucho movimiento.
“A la noche no puedo dormir porque me aparece la imagen de esta persona. El susto lo llevé después, porque en ese momento actué con calma, como me recomendó mi padre por si me tocaba vivir una situación parecida a la del viernes”, relató Gladys.
Aún sin novedades sobre el autor del hecho, Gladys contó parte de lo sucedido. “En las cámaras se ve que pasa varias veces por el frente del local, y cuando mi compañero salió un ratito, ingresó con el casco puesto y antes de que le pida que se lo saque, me apuntó con un arma. Lo primero que atiné fue a retroceder y no reaccionar. Me pidió toda la plata y se la entregué. Insistió con más dinero, pero ya no había. Todo pasó en pocos segundos”, relató.
Según la mujer, hace diez años trabaja en este lugar y nunca le pasó nada. “Ahora con este episodio ya no estoy tranquila, vivo procesando la situación y me siento muy tensionada”, subrayó. “Trato de ser fuerte y de seguir trabajando, tengo compromisos y mi familia”, añadió notablemente conmovida.
OTROS TESTIMONIOS
Por su parte, Reinaldo, otro comerciante desde hace muchos años en el sector, señaló a La Mañana que esta zona es muy riesgosa. “Vemos gente sospechosa las 24 horas del día y ya casi no hay presencia de policías, como tiempo atrás”, manifestó el hombre, quien tomó la decisión de instalar cámaras de seguridad y ser más riguroso a la hora del ingreso al local, donde está prohibido hacerlo con casco puesto.
“Antes la Policía recorría, pero ahora nada. Vivimos bajo riesgo; mi mujer queda sola, en nuestro negocio no se siente segura. Esta avenida es muy peligrosa y está minada de delincuentes”, lamentó.
Ezequiel, propietario de un polirrubros de la misma avenida, señaló a este matutino que hay comerciantes que fueron robados tantas veces, que al final decidieron irse hartos de esta situación de inseguridad permanente. “Del 1.400 al 1.600, sobre la avenida Italia, se produjeron hechos de inseguridad en casi todos los locales; y por este motivo, algunos ahora atienden por una ventanilla”, expuso.
“El clásico es el robo de motos. Los empleados salen de sus trabajos y se encuentran con que sus vehículos ya no están. Está el caso de una chica a la que le robaron la moto cuando la terminaba de pagar, se compró otra y también se la llevaron”, narró.