¡Llegarás tan lejos como te propongas!

Si cambias tu manera negativa de pensar.

Ejercitas tu voluntad.

Tomas la decisión de dejarte guiar por tu intuición para ir por tus metas y sueños.

Confías en ti, en tus capacidades, talentos.

Creyendo que puedes hacerlo, con un corazón entusiasta y optimista.

Encuentras soluciones en los obstáculos.

Asumes desafíos y disfrutas de ellos.

Los límites mentales son esas creencias negativas que afectan tu manera de percibir, a modo de barreras, muros u obstáculos que impiden poder fluir y conseguir lo que te propones y quieres.

Todo comienza en nuestra mente con nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y acciones.

No somos conscientes de la cantidad de límites internos que se van afianzando ya desde nuestra niñez, condicionando nuestras conductas diarias, para luego impactar negativamente en las infinitas posibilidades que tiene disponible la vida para todos.

Una vez aprehendidos, estos conceptos o creencias negativas se convierten en verdades incuestionables.

Cada vez que te dices “yo no puedo”, “yo no soy capaz”, “yo no merezco lo mejor”, “mejor ni lo intento”, “es imposible”, estás reforzando los muros y barreras.

Pero la buena noticia es que estos conceptos o creencias pueden ser cambiados y remplazados por otros positivos, por lo que es necesario que estés atento y seas consciente de ellos.

Todos tenemos un potencial inimaginable. Somos seres poderosos. Si crees que puedes, ¡podrás!

En la vida conseguimos lo que creemos que podemos conseguir.

La única manera de saber si “podemos o no” es intentarlo todas las veces que lo necesitamos y en cada intento poner todo nuestro corazón.

Jorge Bucay, psicodramaturgo, terapeuta gestáltico y escritor argentino, en su cuento “El elefante encadenado” explica muy bien la incidencia y condicionamiento de las creencias limitantes aprendidas en la infancia.

Afirma que el elefante adulto del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca desde que era muy, muy pequeño.

El elefante enorme y poderoso capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza bruta pudiendo liberarse con facilidad de la estaca y huir, no huye ni intenta librarse de ella, a pesar de que la estaca a la que se encuentra actualmente aferrado sea un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos pocos centímetros en el suelo.

Bucay en su cuento se preguntaba: ¿Cómo se quedaba sujeto sin moverse atado tan solo a un trozo insignificante de madera? ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?

Y se responde lo siguiente: porque tiene grabado el recuerdo asimilado y aprendido de la impotencia que sintió poco después de nacer, pues recién nacido, fue sujeto a una estaca, aceptando su impotencia y resignándose a su destino.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.

Jamás, jamás, intentó volver a poner a prueba su fuerza.

Todos de alguna manera tenemos un poco del elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.

Vivimos pensando que no podemos montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo atrás, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo hemos conseguimos o alguien nos dijo que no podremos y hemos creído.

Hicimos, entonces, lo mismo que el elefante y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.

Hoy es una buena oportunidad para que puedas cuestionarte cuáles son tus creencias limitantes que te están robando felicidad, libertad y tu poder personal.

De qué te estás perdiendo en la vida por no ir por tus sueños.

Cuáles son esas creencias que te alejan de donde quieres estar, para que las elimines.

Cuáles son esas creencias que debes incorporar, descúbrelas e impleméntalas.

Y cuáles son las creencias que sí te dan resultado para que las conserves.

Recuerda, los límites sólo están en tu mente.

¡Compruébalo!