En verdad, fuentes del Gobierno confiaron que Bellando nunca tuvo respaldo político para su designación. Y que mantiene serios cuestionamientos internos de la diplomacia. Además, tiene un perfil “conservador” que, según resaltan, no cuadra con la línea ideológica de la Casa Rosada.
El impulso a su pliego fue atribuido a Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos, y a su cuñado, Francisco Meritello, el secretario de Medios Públicos que tiene un buen vínculo con el diplomático.
En quince días, el Presidente se verá por primera vez con Francisco, después del viaje que hará por Israel, cinco días después del quinto aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nisman. El mandatario tiene previsto viajar a Roma el miércoles 29 en un vuelo de línea. Por ahora, con una reducida comitiva que integran su pareja, Fabiola Yáñez; el canciller Solá; el secretario de Culto, Guillermo Olivieri; Juan Pablo Biondi, secretario de Comunicación, y Béliz.
Juan Manuel Olmos, el jefe de Asesores de la Presidencia que mantiene un vínculo íntimo con Francisco desde la infancia –fue bautizado por el Papa–, no tiene previsto subirse al avión por el momento. No le hace falta: tiene diálogo fluido con Roma.