En diálogo con La Mañana, María Julia Eliosoff, licenciada en Economía por la Universidad Nacional del Sur, docente de la cátedra Economía y Género de la Universidad de Buenos Aires e integrante del espacio de Economía Feminista de la Sociedad de Economía Crítica, afirmó que la creación de la Dirección de Economía y Género, dependiente del Ministerio de Economía de la Nación, y del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, son “conquistas del movimiento de mujeres y del movimiento feminista”.
En este sentido, agregó que la existencia de un área gubernamental que se ocupará específicamente de analizar la Economía en términos de Género es “un gran avance, un hecho histórico” que se dio por haber comprendido “lo que viene sucediendo en la calle”.
“Hay mucho trabajo para hacer. Está todo por hacerse. La nueva Dirección va a tener que trabajar ‘codo a codo’ con el Ministerio de las Mujeres; y esperamos que no se pierdan de vista los debates críticos, económicos y del feminismo”, acotó.
“El movimiento feminista logró instalar una agenda de temas en la política pública y en la política en términos generales, que nadie se anima a desconocer. Los temas planteados van mucho más allá de la Ley de Aborto Legal, Seguro y Gratuito y del acceso a métodos anticonceptivos”, añadió.
“Una de las cuestiones es la cantidad de tiempo que las mujeres destinan a las tareas de cuidado, y cómo eso amplía la desigualdad con respecto a los hombres. Las mujeres pobres tienen mayores dificultades para ingresar al mercado laboral y para contar con mejores salarios”, aseveró.
A continuación, la economista consideró que para poder reducir los indicadores de pobreza y de indigencia de la Argentina, es necesario pensar la economía en términos de Género. “Un programa de salida de la crisis económica debe tener una perspectiva feminista. Las cuestiones de Género son transversales. Cualquier medida tomada dentro de la emergencia económica tiene que tener esa mirada, para que efectivamente produzca resultados”, remarcó.
“Las políticas sociales suelen beneficiar a las mujeres, pero si a su vez no son pensadas con perspectiva de Género, pueden originar que una mujer tenga una jornada laboral doble o triple. Si una mujer debe realizar tareas de cuidado y a la vez cumplir con los requerimientos que en ciertos casos se piden para poder contar con un beneficio social, se incrementa la cantidad de actividades que debe efectuar, y dedica más tiempo a cuidar otras personas que al cuidado propio”, explicó Eliosoff a este diario.
Por último, la especialista advirtió que las políticas sociales no deben abarcar en gran medida el otorgamiento de créditos, porque eso puede generar complicaciones económicas para las personas beneficiadas en el mediano y largo plazo.