Pudo ser una tragedia. Un hombre que manejaba un automóvil Peugeot 207 por calle Sarmiento, al cruzar la avenida González Lelong sufrió un ataque de epilepsia, perdió el control del vehículo, chocó contra un auto estacionado y éste a su vez embistió a otro rodado aparcado en el mismo lugar.
El accidente ocurrió el jueves alrededor de las 22.30, en una zona muy transitada del barrio Independencia de la capital provincial. El hombre llevaba a su nieto y de milagro sólo sufrieron golpes leves, ya que afortunadamente los dos airbags delanteros se accionaron automáticamente al impactar de lleno la parte trasera de un Renault Fluence que estaba estacionado sobre calle Sarmiento, justo a mitad de cuadra, frente al complejo de departamentos del lugar y detrás de la empresa de Coca Cola.
El Peugeot cruzó la avenida rápidamente y en ese instante quedó fuera de control debido a la descompostura que sufrió su conductor. Se corrió a la derecha prácticamente a la deriva y terminó estrellándose a la velocidad que llevaba contra el Fluence, propiedad de una familia residente en uno de los departamentos de la zona. Por la violencia del impacto, el auto embestido avanzó con fuerza y, a su vez, chocó otro vehículo que estaba adelante, generándose así una colisión en cadena.
El niño que iba dentro del Peugeot salió por sus propios medios, pero su abuelo tuvo que ser rescatado por efectivos del Cuerpo de Bomberos que llegaron minutos después alertados por los vecinos de la cuadra. Una ambulancia del SIPEC trasladó al hombre al Hospital Central, donde recibió asistencia médica, pero según informó la Policía, afortunadamente sólo sufrió golpes menores.
“Por el estado en que se encontraba el hombre, tuvieron que sacarlo los bomberos”, contó a La Mañana un testigo del accidente.
También llegaron al lugar de los hechos policías de la comisaría jurisdiccional, del Cuerpo de Tránsito y peritos de Criminalística.
Segundos antes que el Peugeot embistiera al Renault Fluence, la familia que viajaba en este último rodado terminaba de estacionar en la calle y sacar bultos del baúl para luego ingresar a su vivienda, justo enfrente del lugar de la colisión.
“De milagro no ocurrió una tragedia. Si esas personas seguían ahí retirando cosas del baúl, iban a terminar atropelladas por el auto, ya que el impacto fue justo en la parte trasera”, explicó el mismo testigo, que no salía de su asombro por lo que había sucedido.
Lo providencial también fue que, a pesar del intenso tránsito vehicular y peatonal que registra esta zona de la ciudad, en ese momento no había personas o niños cruzando la calle. “El auto venía rápido y, ni bien el conductor se descompensó, se generó el choque múltiple”, precisó.