A partir de la publicación de La Mañana de la historia de lucha de Luz Marina Franco y Javier Vera para juntar 20.000 pesos para costear los estudios oftalmológicos y de fonoaudiología de su pequeño hijo Ian, de 3 años, muchas fueron las muestras de solidaridad de la comunidad formoseña.
Ian tiene un tumor en la base del cráneo que le impide hablar y caminar, vive con sus padres y sus hermanos, Paula Micaela de 17 años y Hostin Alexander, en el barrio Urbanización España, con una renta vitalicia de 3.100 pesos que percibe Javier Vera tras sufrir un accidente y perder su pierna izquierda en un accidente de tránsito en el Puente Blanco en 2003.
“Quiero dar gracias a la directora del diario La Mañana, señora Claudia Bogado, por interesarse por la salud de Ian, por contar nuestra historia y tendernos una mano en este momento difícil. No somos de pedir ayuda, siempre tratamos de arreglarnos solos. Pero en esta ocasión no encontramos otra salida. A partir de exponer el caso en la radio FM VIVA 102.3 y en el diario, se abrieron algunas puertas, y queremos dar gracias en nombre de Ian por la solidaridad a todas y cada una de las personas que nos ayudan desinteresadamente”, expresó Vera.
Comentó que, el viernes, Ian fue atendido en el Hospital de Alta Complejidad y ya se le practicó un estudio oftalmológico, mientras que ahora resta otro del oído para acercar más elementos a la neuróloga y determinar si se puede extraer el tumor o no.
“Nos dijeron que en la semana van a tratar de hacer el segundo estudio en el Alta Complejidad. También otros análisis que nos piden. Estamos muy esperanzados y de ser operable el tumor, ve la posibilidad de conseguir una derivación al Hospital Garrahan de Buenos Aires”, dijo.
Necesidades
Javier afirmó que la precaria casa que habita junto a su familia, en el barrio Urbanización España, es prestada, y que tiempo atrás le sacaron el módulo habitacional que le habían adjudicado en el Lote Rural 111 porque no lo habitaba. Explicó que “justo era el tiempo en que estábamos con todos los estudios de Ian y para sacar los turnos para los especialistas fuimos a la casa de mi mamá en el barrio Obrero para poder estar cerca del Hospital de Niños”.
Recordó también que tiene una renta vitalicia de 3.100 pesos, sin ningún otro beneficio, porque desde febrero le sacaron el salario que percibía por sus otros dos hijos, porque la ANSES consideró que el monto que percibe es inferior al mínimo.
“Me dijeron en su momento que no me correspondía cobrar por el nacimiento de Ian. Tampoco el plus que suele largar el Gobierno nacional a fin de año a manera de bono navideño. En Febrero me cortaron dos salarios de mi hija de 17 años y mi otro hijo de 6. El 28 de noviembre saqué turno en la ANSES y me dijeron que la suspensión era por tener un ingreso menor al mínimo. Sin mayores explicaciones, dejé de percibir 5.200 pesos por mes. Aún tengo la esperanza de que me paguen esos ocho meses que me adeudan, que ascendería a poco más de 40.000 pesos”, detalló.
Donar su tiempo
Pese a tener amputada su pierna izquierda, con Ian enfermo de gravedad y un ingreso irrisorio de 3.100 pesos, Javier no reniega de lo que le toca vivir y hasta dona su tiempo para ayudar a otros como catequista de Confirmación en la pequeña capilla San José, Esposo de María, en el Urbanización España.
Allí tiene 23 adolescentes que llegan con diferentes realidades y es un puntal de esperanza, honestidad y fortaleza para su familia y su comunidad barrial.
“La vida nos golpea pero no hay que bajar los brazos. Dios nos pone pruebas en la vida pero debemos seguir para adelante. Sin perder la fe y la esperanza porque el sufrimiento también es una forma de limpiar nuestro camino. Soy un convencido de que lo poco que damos al hermano vuelve multiplicado”, concluyó.