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Salud ocupacional



No se trata de adicción al trabajo sino de adicciones en el trabajo, un riesgo que crece en distintas empresas y que las obliga a prevenir y a desarrollar programas de reinserción para no verse perjudicadas.

Especialistas en la materia advierten que las adicciones en el trabajo se vuelven preocupantes tanto por las consecuencias en las personas que consumen sustancias como por los efectos que tienen en dicho ámbito.

Algunos de los problemas a prevenir en estos casos están bien identificados. El adicto disminuye su productividad; se reduce el presentismo y la disponibilidad de personal; y lo más grave, baja la seguridad en tanto aumentan los accidentes laborales.

El Centro Argentino de Prevención Laboral de Adicciones calcula que, en promedio, un 70 por ciento del personal de las empresas está sano respecto del consumo de sustancias, mientras que existe la probabilidad de que un 18 por ciento esté en riesgo. El límite se plantea para quienes consumen abundante alcohol o alguna droga los fines de semana y luego pasan a consumir de lunes a viernes.

Las sustancias legales e ilícitas más utilizadas son el alcohol, el tabaco y la marihuana, seguidas por los analgésicos opiáceos sin prescripción médica y la cocaína. Uno de los mayores peligros, sin embargo, lo representa en la actualidad el consumo de psicofármacos en muchos lugares de trabajo.

Es un tema serio el de los psicofármacos, del que poco se habla y sobre el que menos aun se trabaja. La venta ilegal en farmacias es parte de la trama, pero antes y después de ese paso también se recorren preocupantes caminos prohibidos.

Entre los factores que propenden al consumo de sustancias, el estrés es uno de los más importantes; y el trabajo muchas veces produce estrés, sobre todo cuando genera frustración.

En la Argentina todavía es bajo el porcentaje de empleados con algún tipo de adicción. Esto porque en muchos lugares de trabajo prácticamente se conocen entre todos y porque en general hay una supervisión que detecta los primeros síntomas de consumo. Algunas empresas, incluso, desarrollan programas internos de prevención de adicciones, a través de los cuales envían a tratamiento y hacen un seguimiento del trabajador afectado.

La Superintendencia de Riesgos del Trabajo establece que la medicina laboral debe atender las enfermedades inculpables y debe orientar a los trabajadores. Por ley, los tratamientos están cubiertos por la obra social o por la prepaga, pero como el lugar de trabajo no es el indicado para realizar un tratamiento, lo que se espera es que haya políticas empresarias de cuidado y protección de sus recursos humanos que prevengan las adicciones y, además, que eviten que se hagan crónicas.

Los problemas de salud mental (ansiedad, angustia, depresión y el ya mencionado estrés son los principales problemas psíquicos y muchas veces son el motivo de las adicciones) van en aumento y no se debe correr el riesgo de que los consumos ilegales crezcan entre los trabajadores. Por lo tanto, el Estado y las áreas de salud ocupacional también tienen que tomar cartas con la premura que estas patologías demandan.



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