El martes 19 se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Abuso contra los Niños, y la Fundación Casa del Alfarero se adelantó a las actividades con una numerosa marcha de concientización para convertirse en “la voz de los sin voz”. El lema fue “Todos contra el abuso infantil”.
Con letreros, música y varios recursos didácticos, los integrantes de esta institución de la iglesia evangélica no sólo condenaron este delito, sino que enseñaron a los propios niños y adolescentes cómo cuidarse ante el riesgo de un abuso. En declaraciones a La Mañana, el pastor Walter Larroza comentó: “Es el quinto año que lo hacemos y lo tomamos como una causa”.
El grupo se congregó en el Mástil Municipal y marchó hacia la plaza San Martín, donde, entre otras actividades, hicieron una representación teatral con muñecos, en la que enseñaron a los niños que cada uno “tiene partes de su cuerpo que son públicas y otras privadas que nadie debe tocar”.
Los personajes también representaron situaciones y enfatizaron en que no debe haber secretos, sino que deben contar a una persona adulta de confianza si están pasando por una situación así.
En este sentido, Larroza remarcó que la problemática es grave, porque muchas veces incluso los padres biológicos son los abusadores y dentro del núcleo familiar no les creen a los niños que pueden contar. “Otros no cuentan porque los abusadores les dicen que es un juego o un secreto, pero un abuso no es nada de eso”, enfatizó.
Además, denunció que en algunas ocasiones las madres son cómplices del abuso por problemas económicos o separación; porque no aceptan y siguen conscientes de que sus hijos están siendo abusados.
Proclama
En la plaza también se leyó una proclama de la Fundación Iglesia Casa del Alfarero. Entre sus principales puntos, informa a la comunidad que la institución tiene los profesionales necesarios para atender los casos, insiste en la necesidad de denunciar y, en este sentido, remarca que el abuso ya no es de acción privada, sino pública, y que todos deben comprometerse ante un hecho de estas características.
“Tenemos que tomar conciencia y denunciar los abusos. Muchas veces callamos porque es el padre, el abuelo o el tío, porque va a tener problemas la familia, pero no nos ponemos del lado de la víctima, que es el niño que está sufriendo”, concluyó.