pixel facebook
Martes 23 de Abril de 2024

35 ° C Clima

Logo Editorial


HABLEMOS DE IGUALDAD

Mientras los hombres toman el poder, la prensa desdibuja a las mujeres

Una columna por Heliana Guirado



Históricamente, los hombres blancos, cis, heterosexuales y con formación académica han ocupado lugares de poder. Han llegado y llegan a esos espacios de toma de decisiones por encima de las mujeres o las identidades disidentes, porque el sistema patriarcal les dio a los varones con esas determinadas características todos los beneficios y posibilidades para que eso suceda, dejando por debajo y en situaciones de vulnerabilidad y violencia, al resto.

En este contexto (donde la heterosexualidad es la norma), la mayoría de quienes ocupan el cargo de presidentes, príncipes o reyes (solo por nombrar los más conocidos) están casados con mujeres que pasan a ocupar el rol de “primeras damas”, duquesas o reinas, cuyas carreras profesionales y caminos recorridos pasan a ser nulos y la vida parece comenzar de nuevo (y a partir de ahí recién tener validez) cuando sus parejas llegan al poder.

Juliana Awada, Melania Trump, Silvana López Moreira, entre otras, son los ejemplos más fuertes de mujeres a las que la prensa ha ubicado en lugares frívolos poniendo como eje de cada nota la ropa que usan, sus colores preferidos y el aspecto físico que tienen. A tal punto llega la necesidad de resaltar esto, que Brigitte Trogneux (esposa de Emmanuel Macron, presidente de Francia) fue protagonista durante meses de discusiones sobre la diferencia de edad que mantiene con su pareja. Algunos titulares de conocidos medios son: “Emmanuel y Brigitte Macron, diez años de un matrimonio insólito”, “Bolsonaro se burla de la diferencia de edad de Macron y su mujer” o “Brigitte Macron revela intimidades de su matrimonio”.

¿Hubiese llamado tanto la atención si él fuera más grande que ella? No, y un ejemplo claro es el caso de Melania y Donald Trump, cuya diferencia de edad pasa como algo casi natural, porque socialmente que el varón sea mayor que la mujer es lo “común” e incuestionable.

Silvana López Moreira, la esposa del actual presidente paraguayo Mario Abdo, también fue y es protagonista de artículos que hablan de su buen gusto para elegir la ropa o incluso de su “belleza”. Así lo muestra una publicación titulada: “Silvana López, la primera dama que dejó boquiabierto a Putin”, donde se afirma que “lo tiene, y siempre lo tuvo, todo. Silvana López Moreira Bo (44 años), es guapa por naturaleza, rica por su familia -y la de su marido- y eternamente joven si la juventud, como enseña la experiencia, es cuestión de espíritu”.

Fabiola Yañez (pareja del presidente electo Alberto Fernández) tampoco quedó afuera de la estigmatización de los medios, quienes la compararon con Awada, crearon un “duelo de estilos” entre ambas, hablaron de quién le robó el peluquero a quién y marcaron una diferencia entre la clase alta de la que proviene Juliana y la clase “popular” y por ende no tan “cool”, a la que pertenece Fabiola.

Tapas de revistas, notas en medios digitales y espacios de aire en la televisión dedicados a este tema, que a primera vista parecería “inocente” y que no pretende dañar. Sin embargo, refuerza la idea de las mujeres como decorado al lado de hombres poderosos, que se extiende por todo el mundo.

Para ejemplificar lo anterior, basta con ver el titular de una nota publicada hace dos días sobre Meghan Markle y Kate Middleton, ambas compañeras de vida de los hijos de Lady Di: “Meghan, Kate y nuevo duelo de estilos: celebritie vs royal en el Día del Recuerdo”, cuyo texto cita: “En el concierto del sábado, Kate lució mucho más sobria que Meghan. Mientras que esta optó por un llamativo vestido con cuerpo ajustado, manga francesa y escote corazón de solapas, conjuntado con una voluminosa falda, todo en tono negro y tela brocada, la primera se decantó por un vestido de falda midi, de línea más sencilla y minimalista, con cuello barco y en tono azul marino. En la cintura, ceñido, un fino cinturón de terciopelo de color negro”.

En este contexto, es importante señalar que ambas mujeres debieron renunciar por completo a sus vidas pasadas (Meghan como actriz y Kate como licenciada en Historia del Arte) para cumplir con sus compromisos oficiales, además de muchos derechos que ya no tienen y otros que perderán en caso de separarse de sus maridos.

El eje del problema aquí no tiene que ver con que a una mujer le guste la moda o ponga énfasis en lo que lleva puesto, sino que eso y sólo eso sea el único punto de referencia cuando se habla de ella, básicamente porque la ubica en un lugar de frivolidad y perpetúa estereotipos. Estos últimos son definidos en el manual Comunicación y Derechos Humanos como “modelos de conductas preconcebidas que se atribuyen a hombres y mujeres, presuponiendo que les son propias. Estas conductas surgen por las relaciones desiguales de poder y a raíz del proceso de socialización de las personas donde se manifiesta esa dominación. Una característica particular de los estereotipos es que se transmiten y refuerzan a lo largo del tiempo y sirven para ignorar circunstancias o habilidades de las personas, vulnerando derechos”.

El punto negativo de los estereotipos es que fijan tanto cada conducta, forma de vivir y de sentir (en beneficio de los varones y perjuicio de las mujeres), que cuando se pretende salir de esos lugares, correrse, hay toda una sociedad que lo rechaza y lo impide. Y en caso de que de igual manera se produzca esa mutación, se la verá como algo inaceptable y que no encaja, lo que devendrá luego en actitudes discriminatorias.

La imagen de la primera dama o la de aquellas mujeres que pertenecen a las monarquías tiene un análisis especial en tiempos de revolución feminista, en los que se intenta romper con lo dado, desnaturalizar, evitar los estereotipos y volver a construir relaciones más justas. En este contexto, la idea de “mujer decorado” debe ser eliminada y el camino comienza por la prensa, principal espacio de formación de opiniones.



Comentarios
Los comentarios publicados al final de cada nota son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden generar sanciones legales. La empresa se reserva el derecho de moderar los comentarios y eliminar aquellos que sean injuriosos o violatorios de cualquier legislación vigente.
Todos los Derechos Reservados © 2024 Editorial La Mañana

La Mañana
RSS
Sitemap

Redes Sociales
Facebook
Instagram
Twitter

Miembro de
Logo Adepa
Adherente a Programas
ONU mujeres

Logo Footer