En el marco del Día Mundial para la Prevención del Abuso Infantil, la Fundación Casa del Alfarero organizó para hoy viernes una jornada de capacitación en prevención e intervención en abuso sexual infantil, y una marcha que ya este año tiene su 5º edición, a realizarse mañana a las 18 desde el Mástil Municipal hasta la plaza San Martín.

La psicóloga Verónica Giménez, perteneciente a la Fundación, señaló la importancia de visibilizar la problemática, el modo de prevenirla y la difusión de estrategias de intervención ante la detección de un caso de abuso sexual, de manera que el niño/a o adolescente víctima de este delito, sea resguardado en el proceso que debe iniciarse, evitando someterlo/a a una revictimización.

Así también, advirtió que a nivel nacional, no se cuenta con cifras certeras o datos estadísticos actuales. Los datos con los que contamos se obtuvieron del programa “Las víctimas contra las violencias”, encabezado por la especialista Eva Gilberti e implementado en el año 2016, a partir del cual sabemos que de los 2 millones de niños/as abusados en nuestro país, sólo el 10% de los casos son denunciados, y apenas el 1% de los casos reciben condena.

“Es necesario que el tema deje de ser un tabú, sobre todo en defensa de estos niños y niñas que de por sí cargan con el secreto, por la culpa, la vergüenza o temor a represalias, y a esto no le podemos sumar nuestro propio silencio e indiferencia. El objeto de la invitación a la Jornada apunta no sólo a capacitarnos, sino también a generar redes que nos contengan. El propósito y el desafío es promover redes para que las familias y quienes tienen como deber el cuidado de los niños/as estén contenidas y cumplan con su función de escuchar y acompañar a los chicos”, agregó.

El rol de la familia

Giménez consideró que la familia debe cumplir con el rol fundamental de contener a los niños y niñas: “trabajo con niños y adolescentes, lo que incluye a la familia porque los niños crecen en un hogar con padres a los que se identifican, de ellos aprenden cómo resolver un problema o cómo manejarse frente a diferentes situaciones. Cada vez es más difícil que puedan sentirse contenidos en el hogar donde los propios padres muchas veces se encuentran desbordados por presiones laborales o el esfuerzo para la supervivencia diaria; los niños manifiestan padecimientos psíquicos desde la conducta y el comportamiento, lo que nos demanda estar disponibles no sólo física sino emocionalmente desde nuestro rol”.

“Cuando un niño manifiesta haber sufrido un abuso, los padres suelen no creer, ¿por qué? porque dentro de las estadísticas se estima que el 53% de los casos sucede en el hogar de la víctima, es decir que es alguien conocido, y en un gran porcentaje, es un familiar directo quien concreta el abuso. El abusador establece un lazo de confianza con la familia y con el niño que será víctima, entonces lo que primero se hace es poner en duda el testimonio del niño”, explicó.

En esta misma línea, consideró que cuando un niño, niña o adolescente manifiesta haber sufrido un abuso la actitud correcta es creer en su testimonio, escucharlo y darle lugar a lo que él quiere comunicar. En segundo lugar, hacerle saber que se va a cumplir el rol de protegerlo y acompañarlo para que la persona que está cometiendo este delito deje de hacerlo y cumpla la pena que debe cumplir.

Señales a tener en cuenta

Así también, indicó que los niños, niñas o adolescentes que son víctimas de este delito tienen cambios de conducta repentinos y pueden estar diciendo que les ha pasado algo. Algunos de estos podrían ser: enojos injustificados, decaimiento, desconexión con el medio, pesadillas o problemas para dormir, ansiedad, no quieren quedarse solos con una persona en particular, conductas hipersexualizadas.