A pesar de la férrea oposición de algunos sectores con poder, las políticas con perspectiva de género siguen su inexorable marcha en el mundo, en la Argentina, y también en Formosa. Y la Justicia es uno de los ámbitos donde encuentra terreno fértil.

El año pasado, en Buenos Aires, se llevó a cabo la Conferencia Bienal de la Asociación Internacional de Juezas, que congregó a mujeres que se desempeñan en los poderes judiciales de 69 países del mundo y donde hubo una nutrida agenda de temas de género.

La trata de personas, la violencia de género y la evolución de las leyes que la castigan en los distintos países, la restitución internacional de menores, como también la salud y el derecho reproductivo, entre otros tópicos, fueron abordados en el marco de la aplicación del derecho y la elaboración de sentencias.

La mencionada asociación, así como los encuentros cada dos años, tienen como objetivo la defensa de los derechos de la mujer, pelear por nuevas leyes si fueran necesarias y unir a todas las juezas del mundo para que colaboren a través de sus sentencias en lo que está escrito en las nuevas legislaciones.

La idea no es reunir a las juezas para que realicen exposiciones meramente académicas sobre las leyes, sino, entre todas, ver los efectos que tienen las leyes y cómo se va modificando la realidad de cada país.

En este sentido, la IAWJ (según su sigla en inglés), fundada hace 28 años en Washington, ha sido un motor a la hora de llevar la perspectiva de género a la administración de Justicia en países de todo el mundo, desde los mismos Estados Unidos a Uganda, pasando por los cinco continentes.

La mayoría de las mujeres que imparten justicia alrededor del planeta coinciden hoy en que hay que juzgar teniendo en cuenta una perspectiva de género. Por ejemplo, en una situación laboral donde hay un hombre y una mujer, no se puede dejar pasar la cuestión de género. “Tiene que ser una lupa obligatoria para todos los procesos”, reflexionan, mientras instan a incorporar esa visión “a todas las instituciones”.

La legislación argentina está bastante adelantada en la materia, no obstante lo cual importa ver cómo se aplican esas leyes y cómo están conformados los altos cuerpos. No puede desconocerse, por ejemplo, que la Corte Suprema hoy tiene cuatro hombres y una sola mujer. O que en Formosa hay un Superior Tribunal íntegramente masculino. Sobre diez ministros, nueve hombres.

También es cierto que las mujeres son mayoría en algunos poderes judiciales provinciales, aunque no en toda esa mayoría se traduzca en paridad de género al frente de juzgados, ya que, desde el momento en que se instalaron los concursos, teóricamente el mérito define los ingresos a esos importantes cargos.

El problema pareciera residir principalmente en la punta de la pirámide; esto es, en aquellas instancias en las cuales no hay concurso, sino designaciones que pasan por los otros dos poderes. No puede obviarse que las últimas vacantes (incluido el fallecimiento de dos mujeres) que se generaron tanto en el STJ formoseño como en la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los últimos años, fueron ocupadas por hombres.