Por Yamile González
Terpsícore es, en la mitología griega, una de las nueve musas, hija de Zeus y Mnemósine y, desde la época clásica se la asocia con la poesía y la danza. Quizás de ahí nace Terpsícore - Proyecto en Movimiento, una muestra digital de fotografía. En 100 fotos, David Lescano presenta a 50 bailarinas, mediante retratos e imágenes en movimiento. El recorrido es acompañado por canciones originales de artistas que aportaron sus melodías: Lucas Caballero, Cristian "Mono" Banegas, Juan Ignacio Sánchez, Ignacia Etcheverry, Gastón Benítez, Nicolás Sorin, Resurrección Martínez y Nano Basadoni.
La muestra, que se podrá recorrer en la Web, se inaugura el 15 de noviembre a las 21, con performance de las bailarinas retratadas y shows en vivo de artistas como Ignacia, Avetrueno, Cecilia y el Sr. Vinilo, Sánchez y Pulsar Lich. El lugar es La Casa del Sr. Duncan (Av. Rivadavia 3.832), un espacio donde el arte vibra. Además, habrá una presentación online que contendrá toda la muestra, incluyendo las bandas, las proyecciones y las presentaciones.
El proyecto, basado en el cuerpo en movimiento, convocó a 50 bailarinas de diferentes puntos del país; en sus inicios, una iniciativa pequeña que terminó siendo algo que creció y se hizo federal: 50 bailarinas, 50 estilos, 50 locaciones, 50 fotos que cuentan una historia distinta.
David realmente tenía ganas de realizar un proyecto nuevo, saliendo un poco de su zona de confort, que es la música, e involucrarse en otro tipo de ambientes: “Pensé en encontrarme con un ambiente muy loco, y lo encontré, justamente el de las bailarinas, de la danza, el de los teatros, los musicales. Se desató mucho la idea de fusionar lo meramente musical con lo corporal, es decir, aquello que la música también relata y a la vez transmite y puede llegar a hacer en el cuerpo. El objetivo era interpretar la música desde otro lugar, el del cuerpo, lo que éste recibe y qué hace con ella”.
Son 100 fotos. 50 bailarinas capturadas en dos fotos: un retrato que la muestra en tanto ser humano común y corriente y otro mostrando su transición a la danza, una posición o bailando diferentes tipos de danzas: moderna, clásica, folklórica, contemporánea. Le preguntaron por qué no lo hacía con bailarines y dice que en este momento tenía ganas de mostrar más a la mujer con la danza y no al hombre con ella. Un énfasis en la mujer como bailarina.
“Terpsícore me permitió encontrar una manera de trabajar diferente: aplicar lo que había aprendido en tantos años de fotografía, pero también trabajar de otra manera y con otras personas; ver de modo más personal y a partir de un trato más directo con la bailarina”, resume sobre el balance del proyecto, que inició en marzo y concluye con la muestra que se realizará el próximo mes.
“Logré conseguir una satisfacción grosa, decir que también puedo llegar a hacer otro tipo de proyectos, no sólo musicales sino también que tengan que ver con la danza, y lo que a mí más me interesa es conectar todo este mundo de la producción, con la música, la danza y lo humano”, agrega.
Totalmente satisfecho, David cuenta que sus expectativas del inicio se superaron ampliamente: “Fue un trabajo interesante; me gustó desenvolverme en un mundo nuevo de cierto modo. Aún estoy como expectante con la presentación y creo que ese día voy a estar a pleno. Me pareció excelente realizar este tipo de propuestas que unen dos mundos diferentes: la música, la danza y el cuerpo en movimiento en un retrato desde mis ojos”.
Finalmente, es esto de desestructurar la danza lo que insiste en resaltar como otra de las aristas que desacraliza varios mundos y otorga la posibilidad de incluir, en un mismo proyecto, artistas consagradas y otras que recién inician, así como también los estilos o escuelas disímiles de las que provienen: “Creo que también se logró sacarla a la bailarina de su escenario, de la academia, de la escuela y llevarla a bailar a diferentes lugares: un cementerio, una plaza, una orilla, una costanera, la calle, el centro. Jugar con la idea de ver a un bailarín del Colón bailando en un cementerio”.
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David Lescano es fotógrafo egresado de la Escuela Nacional de Fotografía (ENFO) y docente especializado en fotografía de música en vivo y prensa en la ENFO. Su recorrido fotográfico atraviesa diferentes bandas, acompañando el desenvolvimiento musical de grupos como Guauchos, Karamelo Santo, Octafonic y Florencia Paz, por medio de la realización de giras y cobertura fotográfica. Se sumerge de modo total en el ámbito, llevando a cabo además labores de manager y productor. En cuanto fotógrafo del rock, cubre también fechas de diferentes bandas, desde under local a artistas internacionales consagrados.