Para el operador de la estación de servicio Los Sauces, Néstor Soteras, el incremento del 4% en los combustibles que autorizó el Gobierno tras dejar sin efecto el congelamiento no alcanza a cubrir el desfasaje que hay en los precios del crudo a nivel local y las naftas en la venta minorista. “El dólar está a 59 y el barril a 64. Directamente este atraso deriva en los combustibles para la comercialización”, advirtió.
En otro orden, Soteras reconoció que este producto es uno de los grandes generadores de impuestos e inflación y anticipó una significativa retracción en las ventas. “El combustible es una variable delicada que moviliza todo el mercado. Y aún más cuando tiene un impuesto de 10 pesos por cada litro de nafta, y cerca de 7 pesos por diesel, que terminan en fondos coparticipables de las provincias. Por eso, si se toca algo, indefectiblemente repercute en muchos intereses dentro de un país en crisis”, dijo.
Y agregó: “Este aumento no es para nada auspicioso. Siempre que llega sin un incremento real de los ingresos como acompañamiento, lo único que causa es que la gente no se pueda adaptar a los cambios y se retraiga la actividad comercial. Ahora va haber una retracción en las ventas, y no porque las compañías dejen de enviar los volúmenes que el mercado necesita. No va haber problema de desabastecimiento”, aseguró el dirigente.