Los cambios bruscos de clima que se presentaron durante las últimas semanas son un escenario propicio para contraer enfermedades respiratorias.

La neumonóloga Liliana Valiente, explicó a La Mañana cuáles son los diagnósticos más comunes de la época y los cuidados que hay que tener para atravesar estas semanas sin mayores complicaciones.

“En el consultorio, las infecciones respiratorias disminuyen; lo que vemos son las enfermedades alérgicas o pacientes que hacen crisis de asma, conjuntivitis, es muy frecuente. Nuestra época es el invierno y primavera, por el cambio de estación: pacientes con rinitis, tos crónica, laringitis, bronco espasmo, chillido en el pecho, cuadros de inflamación en la vía aérea”, argumentó la especialista.

Y agregó que las personas en riesgo son los niños de 2 a 5 años y adultos con enfermedades predisponentes respiratorias, “como los pacientes alérgicos, los que sufren asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades cardíacas y embarazadas porque tienen riesgo de disminución de las defensas y padecer enfermedades respiratorias”.

En ese sentido, recomendó consultar a los médicos ante cualquier cuadro, sobre todo si son de repetición, porque “la gente está acostumbrada a toser y lo toma como normal”. Sólo visitan a un especialista cuando los cuadros de tos son intensos o les oprime el pecho.

Lo mismo pasa con la congestión y “después son infecciones porque los gérmenes viven en la vía respiratoria pero no infectan”, pero luego por otros estímulos estos canales se inflaman y aparecen las infecciones crónicas.

Algunas medidas preventivas

Aparte de evaluar si el paciente tiene un compromiso alérgico o hay antecedentes familiares, que se deben tratar para que la vía respiratoria se recupere, hay otras acciones que pueden hacer un ambiente propicio para evitar estas enfermedades.

Ventilar las habitaciones, limpiar las paredes que puedan contener hongos y humedad, evitar peluches, frazadas, colchas; no dejar que los animales suban a las camas, en lo posible tenerlos afuera de la casa, ya que los pelos son antihigiénicos; sacar al jardín las plantas con flores que no son aptas para ambientes cerrados; no utilizar sahumerios o aerosoles con olores; higienizar los aires acondicionados porque muchas veces la rejilla se llena de polvo y al encenderlos, se vuelve contaminante. Tampoco fumar dentro ni fuera del hogar.

“Vienen muchos chicos con problemas respiratorios que no tienen antecedentes de alergia, pero los padres o abuelos fuman. Es problemático para los niños menores de cinco años”, aseguró Valiente.

Y manifestó: “Lo que más cuesta es que mantengan el tratamiento. Hay que tener en cuenta que el que es alérgico lo va a ser siempre, toda su vida. A veces, hacen tres meses y los dejan, y son tratamientos largos para desinflamar la vía aérea”.