Cuando estaba todo previsto para el inicio del partido, con ambos equipos y la terna arbitral en la cancha y mucho público, todos familiares de los chicos, el servicio de sanidad del hospital con ambulancia incluida, el cuerpo técnico de la selección de Pirané solicitó al árbitro que no comience el juego porque no había custodia policial.
A partir de ese momento, Carlos García accedió mientras el presidente de la Liga local, Alejo Espinoza, se comunicaba para ver qué había pasado con lo solicitado, vía notas, de los servicios adicionales no solo para la Sub 13 sino también para el fútbol femenino que también jugaba el Provincial, recibiendo como respuesta que ya iban al estadio.
Efectivamente, llegaron cuatro adicionales y el partido estaba para comenzar pero los integrantes del cuerpo técnico de la selección de la Liga Piranense de Fútbol interpretaron que el tiempo transcurrido había sido demasiado y sin pensar en nada mandaron a sus chicos al vestuario para que se saquen la indumentaria ya que no se iban a presentar a jugar el partido.
Muchos vieron este hecho como una mala actitud, sobre todo por los pibes, para que jueguen un partido de fútbol luego de haber hecho 200 kilómetros y habiendo sido atendidos por las autoridades de la Liga Clorindense, en retribución de gentilezas por la buena atención recibida por la dirigencia en Pirané.
Seguramente el informe del árbitro, quien no permitió recibir presiones acerca de la manera en la que debía actuar, será derivado al Tribunal de Penas de la Federación para que resuelva en consecuencia, pero quedando en claro que, además, a pedido de la gente de la visita el partido se había demorado en el inicio (pautado para las 16) por el intenso calor y el viaje realizado, a lo cual se accedió sin inconvenientes.
A todo esto, sirve aportar que el partido jugado en Pirané y que lo ganó Clorinda por 2 a 1, se jugó en un campo de juego que era prácticamente un potrero, sin tejido perimetral ni vestuarios ni la más mínima comodidad, pero los dirigentes y el cuerpo técnico de la segunda ciudad accedieron a jugar atendiendo a que primero están los pibes y comprendiendo que el estadio Ismael Strong de la Liga Piranense no está en condiciones, desoyendo inclusive lo estipulado reglamentariamente de que los partidos se deben jugar en campos de juego habilitados por el Consejo Federal, exponiéndose ambas Ligas a alguna sanción, pero primó el sentido común. Ese que para algunos no existió el domingo por parte del cuerpo técnico de Pirané.