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DÍA DEL MAESTRO

La docencia formoseña deja huellas hace 140 años, con exponentes excepcionales en todas las épocas

Francisca Zambonini de Zambrini inició la educación local bajo tres árboles. Rosita Minguito enseñó hasta el fin de sus días. En el interior conocimos docentes que demostraron amor por la patria y por sus alumnos. Gladys Florenciañi sabe que la educación cambia la vida y por eso este año fue elegida “Maestra Ilustre del Año”



Por Lisandro Argañaraz

Cada 11 de septiembre, todos recuerdan a aquella maestra que le enseñó algo distinto, que se destacó por su simpatía o por el inmenso cariño que les brindó en sus primeros pasos en la educación.

Para beneficio de los miles de niños de Formosa, estas cualidades son una tradición que se mantiene en los educadores de esta provincia, que a lo largo de los años han demostrado cómo con esta vocación se puede cambiar vidas.

Al celebrarse hoy el Día del Maestro, este repaso deja afuera, indefectiblemente, a miles de maestras y maestros que merecen el mayor de los reconocimientos. Sin embargo, en estos nombres deben verse representados: la primera maestra, una docente que enseñó hasta el último de sus días, los maestros “Flor de Ceibo”, los docentes que fueron noticia por su ejemplo y la “Maestra Ilustre” del año son algunos de los que hicieron carne el compromiso con la educación.

Francisca Zambonini de Zambrini

Francisca Zambonini de Zambrini fue la primera maestra de Formosa, que comenzó enseñando bajo algunos árboles para dar nacimiento a la Escuela N° 1, una vez arribada a la naciente Formosa, en 1879.

El propio fundador, Luis Jorge Fontana, informaba su llegada: “En uno de estos paquetes llegó el respetable señor Don Luis Zambrini con su joven esposa y sus hijos”. Luego describió que la docente “desempeñaba en Villa Occidental la dirección de la Escuela Nacional y era dechada de virtudes, prendas personales, realzadas por la natural bondad y cultura que la hacían digna de cariño y del respeto que le profesaron siempre los habitantes de Formosa, como lo habían hecho antes en la Villa Occidental”.

Fontana abundaba en admiración hacia las cualidades profesionales de doña Francisca: “Cuántas veces, poseídos de admiración, contemplamos a esta señora enseñando a leer a los niños a la sombra de los árboles con el mismo empeño y piadosa resignación, como si se encontrase bajo el techo de un lujoso recinto”. Su trabajo hizo posible, además, la posterior creación de las escuelas provinciales de la ciudad capital.

Hoy lleva el nombre de Francisca Zambonini de Zambrini la calle que va desde la Prefectura hasta el Club Náutico. La Escuela N° 241 de la capital también lleva su nombre.

“Rosita” Minguito

Rosa Minguito fue, acaso, la maestra más emblemática de este tiempo en Formosa, con una pedagogía basada en el amor a los niños como principal recurso y una trayectoria en la que no sólo enseñó a los más pequeños, sino también a sus pares.

“Fue una estudiosa, una académica, una gran pedagoga. Formadora de formadores. La tuve como directora en la Escuela N° 2 y la suya era una gestión de puertas abiertas, totalmente accesible y un apoyo incondicional a todo lo que tenga que ver con la niñez”. Así la evocó Angela Medina, maestra que estuvo bajo su conducción.

Los jóvenes docentes y los alumnos, a quienes llamaba sus “blancas palomitas”, eran los hijos que no tuvo. Les dedicó su vida entera. Una anécdota basta para certificarlo: cuando terminaba su jornada en la escuela, se la veía volver a su casa junto a sus dos hermanas, Nieves y Clotilde, también maestras. Sin embargo, por la tarde seguían de guardapolvo en su casa, dando clases particulares a otros niños… sin cobrarles nada.

Uno de sus tantos legados es la Feria de Ciencias en el Nivel Primario: esta instancia era exclusiva de la Secundaria, hasta que “Rosita” organizó una en su escuela. Hasta hoy, los niños continúan esta práctica, destacándose cada vez más.

Ella nunca se jubiló. Fue maestra hasta el último minuto de su vida.

Sergio Ortiz y el acto con un solo alumno

El 25 de mayo de 2017, en la Escuela del paraje Palma Mota, cerca de Pozo del Tigre, el docente Sergio Ortiz realizó el acto patrio con el único alumno que pudo asistir y se convirtió en un ejemplo en todo el país de cómo hay que inculcar el amor a la Patria en toda situación.

La escena conmovió a todos: un maestro, un alumno, un abuelo y la bandera, erguida en ese rincón de la Patria. Rápidamente, la imagen de hizo viral y las donaciones no tardaron en llegar.

Arianne Báez cumplió el sueño de su alumnita

Era un día más de clase en la Escuela Nº 190 de El Remanso, cuando Arianne Báez encontró una carta de su alumnita: tenía el sueño de festejar su cumpleaños con una fiestita. Nada más ni nada menos que eso. Sin dudarlo, esta maestra movió cielo y tierra: Ramonita llegó a la escuela y se encontró con la fiesta, llena de globos y los unicornios que añoraba.

“Comenzó a lagrimear y no lo podía creer; me abrazó fuerte y no me quería soltar. Ese gesto de amor no me lo voy a olvidar nunca en la vida”, comentó Arianne a La Mañana. Su alumna tampoco lo olvidará.

Los maestros “Flor de Ceibo”

En la década de 1950, el Territorio Nacional de Formosa no contaba la cantidad necesaria de maestros para el Nivel Primario. Esta necesidad impulsó a las autoridades educativas a tener que nombrar personal sin título docente, a los que se llamó maestros “Flor de Ceibo”.

Estos docentes de corazón llevaron la empresa de educar en el interior provincial con buena voluntad y responsabilidad, hasta que la disponibilidad de educadores con título los fue reemplazando.

Gladys Florenciañi, la “Maestra Ilustre” 2019

Gladys Florenciañi está en Buenos Aires en este momento, porque fue elegida “Maestra Ilustre” de este año por el Ministerio de Cultura y Educación de la Provincia y será distinguida por la cartera educativa de la Nación.

Este será un premio a sus 11 años educando a quienes deben reformular su vida para reinsertarse en la sociedad. Esta maestra enseña en Contexto de Encierro, en unidades penitenciarias.

Habiendo sufrido en 2006 que su padre haya ido preso, durante las visitas observó un pizarrón y escritos, que evidenciaban la presencia de un maestro. Se estaba enseñando en ese lugar distinto, ajeno y que le generaba temor. “Ese día nació en mí algo que jamás pensé, pero ni en mi más remota imaginación: enseñar en ese lugar”, recordó, ante la consulta de La Mañana. Su padre falleció trágicamente en un motín y aún en medio de este dolor, decidió continuar su trabajo allí, ante la incomprensión del resto. “Desde el principio les hice ver a mis alumnos que de la tragedia de estar presos debían sacar lo mejor… debían estudiar”, relató.

En el ámbito carcelario incorporó a su vocabulario las frases “amo este lugar” y “puedo hacer mucho por él”. También desarrolló proyectos como la Biblioteca Abierta, cuyo proyecto se llama “Especie de Libertad”. Su labor se destaca además por abordar diferentes problemáticas y áreas, incorporando por ejemplo, la Educación Sexual Integral.



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