El vicario de la parroquia María Auxiliadora, sacerdote Jorge López, es correntino, se caracteriza por darse tiempo para escuchar a la gente y hasta es considerado desde un padre sanador hasta “una persona de Dios que puede expulsar demonios”.
En esta entrevista, La Mañana pone a disposición de sus lectores la mirada de este cura salesiano que gana popularidad entre los fieles formoseños y que tiene como cartas de presentación su sonrisa y amabilidad.
El padre Jorge trabajó en el 2006 en el Hogar Don Bosco, luego fue trasladado para cumplir su tarea pastoral en otras diócesis del país y está de regreso ahora para acompañar el trabajo del Equipo de Pastoral de las Adicciones (EPA) y la “Pastoral de la Escucha”.
Incluso, incorporó en su escritorio una caja con pañuelos descartables para las personas que quiebran en llanto al recorrer aspectos difíciles de su vida y experimentar el proceso de sanación interior.
LM: ¿Por qué da la sensación que en estos tiempos actuales hay más casos de depresión, estrés, fobias, consumo problemático de sustancias, que antes?
SJL: “A nivel juvenil se habla mucho de La Generación Ni. Son personas que no trabajan ni estudian y eso es un claro síntoma de la falta de un proyecto de vida. Cuando comenzamos a caminar junto a una persona que está en la droga y que quiere salir, lo acompañamos en la búsqueda de un sentido a su existencia, a proyectar un futuro en base a un proyecto”.
LM: ¿Esto les pasa únicamente a los jóvenes o también a los adultos?
SJL: “Le sucede a mucha gente, sean adolescentes o personas mayores. Lamentablemente, la situación social, política y económica es compleja a nivel país y trae mucho sufrimiento, estrés, nerviosismo y eso dispara diferentes situaciones, desde peleas familiares hasta otros tipos de tensión por necesidades básicas que a veces no se pueden cumplir, en un contexto de una sociedad materialista”.
LM: ¿En un escenario de la crisis económica, se complica para los adolescentes y jóvenes tener proyectos de vida?
SJL: “Sí, se complica más. Por eso el Papa Francisco insiste en la necesidad de que la Iglesia toda acompañe más de cerca a los jóvenes. Pide en forma constante que las autoridades políticas trabajen en la generación de empleo digno y que la población juvenil no se sienta sola. Que sepa que puede encarar proyectos y tener una salida a la crisis”.
LM: ¿Qué otros factores puede señalar para explicar algunos de los problemas que aquejan a la comunidad formoseña y que terminan dañando el tejido social?
SJL: “Sin lugar a dudas, asistimos a un tiempo marcado por el deterioro de la familia, entendida como célula básica de la sociedad. En muchas familias no se sientan las bases para que los niños puedan crecer sanos y contenidos. Vemos muchas familias quebradas y los hijos quedan en medio de las disputas de los padres porque uno de ellos no pudo elaborar bien el proceso de separación y busca venganza sin medir las consecuencias. No en todos los casos, pero algunos toman a los hijos como trofeo sin advertir el daño que provocan en ellos”.
• NOTA COMPLETA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL DÍA 09/09