Es la primera noche de calor formoseña, después de casi quince días de un agosto frío y húmedo. Lucas We está sentado en la mesa más próxima a la entrada del Galpón Bondi, el lugar donde un grupo de amigos realiza eventos con fines culturales.
En esta ocasión, el acontecimiento se llama “Dibujo y Birra”, una propuesta de charla, música y, por supuesto, dibujo y birra, que tiene a Lucas como invitado principal.
Tres chicas y un chico ingresan al galpón, hablan entre ellos, se quedan mirando las luces de colores y los elementos de dibujo que están arriba de cada mesa. Lucas los ve, se acerca, los saluda y se presenta. Los invita a acomodarse donde gusten y les acerca una pinta de cerveza artesanal producida en Formosa.
Su nombre verdadero es Lucas Mendoza. Vive en Paraguay hace casi diez años. Se fue de Formosa en el 2003 para estudiar Diseño en Resistencia, Chaco.
En el 2010 tuvo la posibilidad de trabajar en Asunción y desde entonces se instaló en esa ciudad, que le robó el corazón.
Elige el puf más alejado de la música electrónica que retumba en el techo para esta entrevista. Lleva bermudas largas, una musculosa y está desprolijamente bien peinado.
“A Formosa vengo a visitar a la familia, a pasear un rato, pero tengo un poco desactualizado lo que sucede acá. Por eso surge el interés de conocer gente con la que podamos compartir cosas”, asegura con un leve acento guaraní.
Lucas es un artista multifacético creador de un estilo propio: muralista, DJ, director de arte, ilustrador y diseñador gráfico.
“Siempre me quedó algo dentro mío que tuve ganas de aportar desde donde me toca, algo a la cultura formoseña creo que hay que empujarla entre todos”, dice con seguridad.
Su faceta de DJ la encontró cuando era parte de la organización de un evento que llamaban “Fiesta Bolivia”, que “era como una fiesta cultural que armábamos”.
“Alguien tenía que hacer de DJ. Me tocó a mí. No soy músico ni nada, pero lo hice y salió algo raro. Mi inspiración tiene que ver con Sudamérica, me inspiro mucho en la cultura popular, en el folklore, los rituales, en las crudas realidades, le veo belleza a lo desordenado. Entonces creo que tengo mucho de inspiración en Latinoamérica en sí”, argumenta sonriente.
Del arte callejero le gustan las intervenciones urbanas porque considera que con un poco de pintura se puede cambiar el día a día de un transeúnte. “Eso me encanta”, sonríe.
Lucas también es propietario de “Espacio Bruto”, una galería de arte que apunta a mostrar a los artistas emergentes, “a la gente que no tiene posibilidades de ser parte de una escena un poco más grande que existe en Paraguay”.
“Nosotros buscamos más que nada que estos grandes artistas se esfuercen y puedan mostrar lo que le gusta. Después, si surge venta, ya es una cuestión del destino. Nuestro papel más que nada es contar la historia”, explica.
Las mesas del galpón se van ocupando con el correr de las horas. Grupos de personas con vasos de birra, otros ya empezaron a plasmar ideas sobre las hojas A4 con los marcadores de colores. Lucas saluda uno por uno a los que ingresan.
“Hoy vine a tratar de ser lo más honesto posible, de compartir mis experiencias, contar un poco de dónde vengo, qué hago, qué me gusta... a escuchar qué está pasando. Si creen que hay algo, que puede pasar algo, que me pregunten cualquier cosa que tienen ganas de saber cómo se hace con un nivel un poco más profesional”, sostiene y sus ojos negros brillan.
Agrega que quiere acercarse a la gente para que puedan sacarse las dudas tanto de su parte artística como laboral y profesional, “cómo vivir de esto, que me parece que está bueno compartirlo. Por ahí le inspira a alguien y se anima”.
“Me voy a encontrar con gente curiosa, con gente que por ahí puede llegar a tener vergüenza; pero mi idea es romper un poco el hielo y contarle que somos iguales. Para vivir de esto hay que insistir y permanecer trabajando porque solamente el tiempo, un poco, es lo que demuestra el trabajo y el amor hacia lo que estás haciendo y elegiste”, afirma.
Y sugiere que se pueden acortar muchos caminos conociendo a las personas indicadas. Pero para él, como primera instancia, es que alguien interesado en tu trabajo pueda encontrarlo en algún lado de manera ordenada.
“Ese es un primer paso, poder contarle al mundo que vos estás haciendo algo”.
Lucas está relajado pero expectante. La noche de Dibujo y Birra ya arrancó y no la piensa desaprovechar.
Es de esos artistas que militan incansablemente para vivir de lo que le gusta y del modo que él cree el indicado. Y lo replica a los demás en cualquier oportunidad que tiene.