Avanzan los trabajos para liberar las banquinas de la ruta de acceso, donde hasta ayer todavía permanecían un centenar de casillas con unas 60 familias autoevacuadas en estos refugios.
Las gestiones obedecen a que operadores del comercio internacional piden a las autoridades el restablecimiento del servicio de balsas entre Pilcomayo e Itá Enramada, para descomprimir el paso por el complejo San Ignacio de Loyola.
Si bien la emergencia hídrica ya fue superada, a muchas familias se les hace imposible refaccionar sus casas y emprender el operativo retorno.
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