Familias enteras se encuentran instaladas en los alrededores del Hospital Central porque no tienen dónde pasar la noche. Son de distintas localidades del interior provincial y tienen familiares internados. Duermen en las galerías externas o directamente en la vereda. Se higienizan en los baños del hospital y comen “si pueden”.
Patricia es de Ramón Lista. Su hijo tiene 18 años y hace casi ocho meses está internado en el hospital con meningitis. Desde entonces, el Central también pasó a ser su casa y uno de los banquitos de la galería externa, sobre la calle Fotheringham, su cama.
¿Qué necesitan?, preguntó La Mañana. “Una pava eléctrica”, contestó Patricia. No está sola, son cinco familias las que están allí, entre los banquitos, el piso, la vista a la calle y una pila de bolsos con ropas amontonados.
Patricia está bien, come lo que hay y se queda allí porque no tiene otra. Tiene que acompañar a su hijo. No se está por ir de ahí. Pero sí está preocupada por Miguel, otra de las personas que llevan ocho meses viviendo allí, en la intemperie. “El que quiere un lugar para su señora y sus hijos es Miguel”, dice.
Miguel Tejada tiene a la suegra internada. “Tiene un tumor en el pulmón, incurable”, explica. También son de Ramón Lista. “Estoy acá hace ocho meses ya. Y el domingo vino mi señora, con mis dos hijos. Uno tiene un año y el otro, ocho meses. Ella vino porque tiene que estar al lado de su mamá. Pero no tenemos dónde quedarnos”, comentó.
Existe un servicio de asistencia dentro del hospital, y también, para las comunidades originarias, el Instituto de Comunidades Aborígenes (ICA) otorga alojamiento a los familiares de pacientes internados. Pero, según Miguel, todavía no le encontraron un lugar. Está preocupado por sus hijos. Miguel no tiene trabajo. Hasta hace días se las arreglaba como acompañante de su suegra internada en el hospital. Pero ahora el panorama es un poco más difícil, ya que “en el hospital te dan un solo plato de comida y eso lo compartimos”.
“Hasta que mejore”
Durante tres días, la familia de Carlos Alberto Quintana, un señor de Bartolomé de las Casas con un cuadro de neumonía, estuvo esperando que éste se mejore en la vereda del hospital. Por fortuna, fueron asistidos.
El lunes último, Hugo, Felicita y Brígida comentaron, en diálogo con Radio VIVA 102.3, que pasaron tres noches en la vereda del Hospital Central, por la calle Mitre, con poco abrigo y casi sin comida. El señor Quintana había sido derivado desde Fontana por un problema de neumonía y el domingo salió de terapia. Ellos vinieron con él, pero no tenían dónde quedarse.
Sin embargo, según informaron fuentes del Ministerio de Desarrollo Humano a La Mañana, fueron asistidos esa misma tarde.