El 16 de febrero de 2018 se produjo un gran pico de crecida del río Pilcomayo que afectó a más de 4.500 pobladores, en su mayoría de comunidades aborígenes del Oeste que debieron ser evacuados por las inundaciones. Aquellas familias fueron trasladadas en el asentamiento “Solidaridad” ubicado en la zona de El Quimil, jurisdicción de Pozo de Maza, y hasta hoy siguen allí, ya que, entre finales de 2018 y principios de 2019 hubo otra riada que anegó la zona y trajo consigo una nueva gran cantidad de biomasa y sedimentos que terminaron de enterrar lo poco que se veía de las construcciones que componían la comunidad de El Churcal.
Según registros oficiales, ese cauce de agua tuvo su “crecida histórica” en febrero de 2018, y desde entonces las familias no pueden regresar a sus hogares porque no quedó nada de ellos. Una de las comunidades más afectadas fue El Churcal, Departamento Bermejo, a unos 550 kilómetros de la capital donde, hasta el cementerio quedó bajo tierra.
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