En diálogo con La Mañana en Vivo, la profesora Arianne Báez contó cómo nació el gesto de cumplirle el sueño de Ramonita en el día de su cumpleaños. Aún guarda con mucha emoción el abrazo de su alumna y remarcó la inocencia en los niños como un valor incalculable en esta zona de la provincia donde todo es desolación y lejanía.
En el extremo oeste de la provincia, en donde la tecnología aún no alcanzó a mediar en las relaciones cara a cara entre sus habitantes, una maestra de plurigrados en la Escuela Nº 190 de El Remanso cumplió con un gesto de amor y solidaridad que trascendió el sistema educativo.
Descubrió una carta debajo del libro de registros con el pedido de un regalo de su alumna: festejar su cumpleaños número 9 en la escuela, con ayuda de su maestra
En contacto con la Mañana en Vivo, Arianne Báez relató cómo nació la fiesta sorpresa que le preparó para su alumna Ramonita Carabajal tras descubrir una nota que le dejó en el libro de registro. “Es una zona donde la inocencia todavía está presente en los chicos. Donde te reciben con un beso y abrazo todos los días y eso es gratificante".
En esta oportunidad, luego de 7 años de docencia en este paraje, grande fue su sorpresa cuando descubrió una carta debajo del libro de registros con el pedido de un regalo de su alumna: Festejar su cumpleaños número 9 en la escuela, con ayuda de su maestra. "Al contarlo me causa escalofríos porque duele ver que con total inocencia una nenita 9 años y con una familia de muy bajos recursos, se haya tomado el trabajo de pedir un unicornio de regalo y los festejos en la escuela", relató.
“Es una zona donde la inocencia todavía está presente en los chicos. Donde te reciben con un beso y abrazo todos los días y eso es gratificante"
Y continuó: “Después de encontrar su anhelo, salí a las corridas a buscar todo para lograr su sueño. Me ayudó mi familia para conseguir las telas y todo el cotillón de unicornios desde San Martin II y Salazar, a más de 40 kilómetros del paraje. Se consiguió también un lechón para a fiesta y se terminó concretando los festejos con mucha emoción".
La sorpresa fue para Ramonita cuando se encontró con la fiesta y sus compañeros con familiares en la mesa. Comenzó a lagrimear y no lo podía creer; me abrazó fuerte y no me quería soltar. Ese gesto de amor no me lo voy a olvidar nunca en la vida, como creo que para ella también va significar una huella inolvidable de su niñez”, manifestó la docente.