ENVIADOS ESPECIALES - A principios de mes, una lluvia que superó los 220 mm en menos de tres horas causó estragos en la humilde comunidad de Lote 8, ubicada a unos 150 km de Ingeniero Juárez. Previamente a eso ya se había producido otra lluvia de 120 mm y el suelo estaba saturado de agua, por lo que la siguiente precipitación provocó el derrumbe de las paredes de adobe de 135 casas de esa localidad.Lo ocurrido fue catastrófico para esas familias que vieron cómo el agua se llevó ropas, calzados y enseres personales mientras destruía sus hogares.Merced a las redes sociales, las imágenes y videos se viralizaron y movilizaron a voluntades solidarias que organizaron campañas para recolectar alimentos no perecederos, ropas, calzados y demás.Los que en forma inmediata llegaron para ayudar fueron los que viven en la localidad de El Chorro, distante a pocos kilómetros de ahí. No sólo se hizo presente el Municipio sino también se organizó una cruzada solidaria desde la Radio "La Nueva Formosa", que llevó donativos. Ellos les acercaron ropas y mercaderías para salir del paso mientras se concretó el relevamiento de los damnificados para gestionar la solución para estas familias.Un equipo periodístico de La Mañana estuvo en el lugar y, dialogando con los vecinos, comentaron que "vino gente del Gobierno y nos preguntó qué necesitábamos, les dijimos que chapas y ladrillos para reconstruir las casas porque sabíamos que pedir viviendas era algo muy lejano, pero dijeron que esa sería una solución a futuro porque ahora resulta imposible".Imágenes y testimonios que movilizanNada sencillo resulta plasmar en palabras la imagen que generaron en nuestras retinas las humildes construcciones derrumbadas, el dolor en el rostro de los damnificados, la angustia de las madres al saber que sus hijos no tienen paredes para protegerse de la intemperie durante las noches y que entre otoño e invierno se registran más lluvias y las temperaturas bajan mucho en la zona.Algunos improvisaron paredes con colchas, otros, con más suerte, utilizaron lonas. Algunos jóvenes estaban en los techos tratando de repararlos con más adobe y paja.Entre todas las imágenes y testimonios recolectados a lo largo de la recorrida, quizás la más desgarradora fue la de una anciana que había perdido todo, no solo las paredes de su humilde morada sino sus pertenencias. Quisimos acercarnos a dialogar con ella, pero nos advirtieron que estaba muy sensible y que "llora a toda hora". Verla fue encontrar el reflejo del sentir de todas las almas de Lote 8, la angustia y desazón; tratando de buscar en el horizonte una luz de esperanza que la anime a seguir adelante y no derrumbarse como lo hicieron las paredes de las 135 familias damnificadas.Quien ofició de vocero de la situación que enfrentan los pobladores de Lote 8 fue el cacique de esa comunidad: Jalio Méndez.Don Jalio pisa los 90 años y tiene 50 nietos, hijos propios y otros "criados", marcando la nobleza de su corazón. En diálogo con La Mañana, explicó que "una lluvia muy grande nos dejó inundados y provocó daños irreparables en las casas de 135 familias". Cabe mencionar que en este paraje, a excepción de los edificios oficiales y de contadas casas, el resto son construcciones de paredes de adobe y techo de paja y madera."La gente necesita, si hay posibilidad, que nos manden chapas porque hay 135 casas afectadas completamente. Como cacique, pido para todos porque si damos a unos pocos, el resto se quedará mal, por eso digo la cantidad de casas y por ende familias que fueron afectadas en nuestra comunidad de Lote 8. Con la lluvia grande, el agua llegó a más de 50 cm del suelo y demoró una semana en irse. Incluso, hasta ahora todo sigue húmedo", describió.El rostro de Don Jalio Méndez no solo muestra el paso del tiempo sino el efecto del viento Norte que, intenso en su paso, levanta una polvareda densa, del sol que raja la tierra en esa zona tan cercana al Trópico de Capricornio y de las necesidades humanas por las que habrá atravesado desde siempre.Con voz suave, casi susurrando, hablan todos; él no es la excepción. "Como se desmoronaron las paredes de las casas, también hacen falta ladrillos porque si volvemos a hacerlas con adobe, con otra lluvia fuerte volverá a pasar lo mismo. Eso pedimos, si hay posibilidad. Este pedido no es solo para mí, es para la comunidad toda", remarcó.A pesar del difícil momento que vivieron y viven, no faltaron las palabras de agradecimiento hacia quienes los tuvieron presentes y les tendieron una mano. "Gente solidaria de El Chorro vino y trajo donativos, ropas, alimentos y eso nos salvó bastante, no a todos pero llegó. Y esta semana también vino gente desde Buenos Aires que llegó hasta acá haciendo, dicen ellos, 'Kilómetros por Amor' y nos trajeron ropas usadas, armaron juegos con los niños, compartieron con nosotros y estamos muy agradecidos porque hicieron tanta distancia para venir a ayudarnos. No sabemos cómo aguantaron hacer tantos kilómetros solo para darnos una mano", dijo.Asimismo, aseguró que "desde el Gobierno vinieron y llevaron los datos de las familias afectadas y lo que se necesita, pero lo que nos dijeron es que será para más adelante la solución, porque ahora no se puede".También conversamos con varios vecinos: Santiago comentó que en Lote 8, en materia sanitaria cuentan con agentes sanitarios, parteras y enfermeros, pero que "lo que no tenemos es un doctor. Viene uno, con suerte, una vez por semana y si el tiempo está feo o llueve, ya no llega. Necesitamos contar con uno".Ante una emergencia médica, los lugareños son trasladados hasta Ingeniero Juárez, localidad distante a unos 150 km de Lote 8. "Hay una sola ambulancia y a veces se rompe alguna de sus partes y ya no puede llevar pacientes. Entonces debemos esperar que venga una de María Cristina, pero lo que pasa es que, en ocasiones, cuando hay emergencia no llega la ambulancia de ahí porque algunos que trabajan en esa sala dicen que nosotros somos aparte y mezquinan la ambulancia", dijo.Otro vecino comentó que el agua potable es un servicio con el que actualmente cuentan, pero con algunas limitantes. "Tenemos unas mangueritas que nos hace llegar el agua para tomar. Pero la planta larga por horas nada más; una vez a la mañana y otra a la tarde, por eso debemos estar atentos para juntar el agua para tomar".Arminda, comentó a La Mañana que "estamos de duelo porque acaba de morir una bebé de 15 días. A la mamá la llevaron a Juárez para que tenga su bebé y luego que volvió, murió. Le dijeron que por un problema del corazón. Recién venimos del entierro".El arribo de este equipo periodístico fue coincidente con el regreso del cortejo fúnebre. Veíamos que por la ruta se aproximaba un grupo de unas 20 mujeres, unos 10 hombres y varios niños, todos juntos y en silencio, seguidos por un par de hombres con una carretilla y dos palas. Nos erizó la piel.María Carlita Méndez, la partera empírica de Lote 8Tanto la madre como la abuela de María Carlita Méndez fueron las encargadas de ayudar a otras mujeres a dar a luz a sus hijos en esta comunidad a lo largo de generaciones enteras. Hoy, ella es la "partera empírica" de Lote 8, que además pudo aprehender "más cosas sobre el parto y cómo ayudar mejor", en estos años de ejercicio de su profesión.María Carlita comentó a La Mañana que "cuando vino el primer doctor a Lote 8 me enseñó más sobre los partos". Ella aprovechó la entrevista para plantear que en esta comunidad "estamos necesitando ropitas para bebés recién nacidos, porque hay mamás que sólo tienen sus ropas y nada para el bebé que llega. Para asistirlas en los partos necesitamos gasas, alcohol, pañales para los recién nacidos y leche de fórmula porque hay algunos que nacen con bajo peso".María Carlita, como miembro de una comunidad originaria, también habla bajo, aunque se muestra tímida ante los extraños, buscó la forma de comentar a este matutino que "las mujeres pedimos métodos anticonceptivos, ya sean pastillas, inyectables o el implante subcutáneo que ahora hay. A veces nos mandan poquitos y llega sólo para las chicas y nos dicen que no para las que tienen 30 años".