La carrera de Juli bien podría haber sido analizada por el VAR, ese sistema que se usa en el fútbol para definir qué sucedió realmente en un jugada. Porque su carrera, que si se realizaba en 3 segundos exactos forzaba a un desempate, culminó en 3 segundos... ¡y una décima! Y esa tardanza mínima, esa diferencia casi imperceptible para el ojo humano, fue producto de un pequeño resbalón que terminó siendo la condena para su familia, los López. Pero que significó la consagración de Tom y sus dueños, los Frachelli, en El Perro del Millón.Porque apenas un rato antes, en la final del concurso de Otra noche familiar, Tom había corrido en 3 segundos exactos, como lo había anticipado la familia de Ituzaingó que lo adoptó nueve meses atrás. Por eso Juli, la mascota de los López, tenía que recorrer la pista en ese mismo tiempo. "Con 0 segundos de diferencia hay empate. Si lo hace en 0,1 o 0,2, en ese caso gana la familia de Tom", había avisado Guido Kazcka.Y de este modo, tras esa final tan reñida, ¡cabeza a cabeza!, los Frachelli (la madre es empleada doméstica y el padre, discapacitado, está sin trabajo) disfrutarán del gran premio que otorga el programa de El Trece: un millón de pesos, un año gratis de alimento para perros, una compra mensual en una cadena de supermercados por el mismo lapso, y el trofeo de Adrián Pallarols, entregado en mano por el propio orfebre.Y Tom es el primer campeón de este concurso. Nueve meses atrás, su destino cambió cuando fue adoptado. Y también cambió la vida de los Frachelli, mucho antes del millón de pesos. Porque hay cosas que realmente no tienen precio. Cualquiera que tenga el privilegio de contar con el amor incondicional de un perro, lo sabe muy bien.