Ya sea como empresarios, cuando logran condonaciones de deuda contra el Estado, o ya sea como funcionarios, cuando logran seguir endeudando al país para financiar la fuga de capitales, siempre que ganan ellos, perdemos los argentinos.
Durante tres años, el Gobierno nacional negó sistemáticamente la relación entre el dólar, la tasa de interés y la inflación. Hoy lo reconoce, pero elige un remedio mucho más dañino que la enfermedad.
En vez de regular la liquidación de divisas de los exportadores, limitar las importaciones, controlar la salida masiva de capitales o fomentar el consumo interno para atraer inversiones, el Gobierno nacional recurre nuevamente a la deuda, hipotecando más aún el futuro de los argentinos.
¿Por qué quieren controlar el tipo de cambio?
El aumento del dólar repercute en el ánimo de los argentinos y por supuesto impacta negativamente en la imagen del Presidente. Por eso, en un año electoral, intentarán sostener el valor del dólar de acá a octubre, aun cuando eso implique armar una bomba de tiempo que le explotará a la próxima gestión, sea quien sea.
La estrategia para controlar el tipo de cambio es la misma que usan para cualquier problema: endeudarse. En esta oportunidad, el FMI desembolsará entre U$S 8.000 millones y U$S10.000 millones para intervenir en el mercado cambiario y tratar de mantener al dólar en torno a hasta octubre.
¿Quiénes ganan y quiénes pierden?
Los que festejan son los bancos y especuladores, que podrán convertir a dólares los .300.000.000 que ganan por día solo de intereses, sin riesgo ni control, para fugarlos al exterior sin problemas.
Además, sus ganancias seguirán creciendo con las tasas de interés a niveles usurarios. Hoy el BCRA paga 64% anual, triplicando la tasa de los países con peor desempeño económico en el mundo. Argentina se convirtió en la meca de los que apuestan a la timba financiera. Y siempre que a ellos les fue bien, a nosotros nos fue mal. El Plan Brady, el Megacanje y El Blindaje son los ejemplos más recientes del desastre que significa este modelo económico.
Quienes sufrirán las consecuencias serán los millones de argentinos que no compran dólares, pero sí soportan los permanentes ajustes que el Gobierno nacional realiza para seguir pagando los intereses de una deuda que crece permanentemente y que no sirvió para mejorar un solo indicador económico y social, sino más bien para dotar de miles de millones de dólares al 5% más rico de la Argentina.
El Gobierno nacional endeuda al Estado cada vez más, pero no usa los créditos para desarrollar infraestructura productiva, construir escuelas, hospitales o rutas. Al contrario, sólo financia la especulación y la fuga de capitales.
?Nota completa en nuestra edición impresa del 17/3/2019