El barrio 2 de Abril sigue siendo noticia por la proliferación de pequeñas bocas de expendio de drogas al menudeo. La semana pasada, La Mañana publicó un reclamo de vecinos del Sector "C" que se quejaban por la inseguridad reinante en esa zona, los casos de robos, arrebatos y venta de estupefacientes a baja escala.
Ahora, familias que residen en el Sector "D" del mismo conglomerado de viviendas plantearon la misma situación y se quejaron por la manera artera e impune con que actúan estos pequeños traficantes de marihuana, psicofármacos y cocaína.
El problema está focalizado en uno de los pasillos que está ubicado al costado de la playa de estacionamiento donde funciona el Registro Civil del barrio, a muy pocos metros de la avenida Italia y de la Comisaría Seccional Cuarta.
Vecinos consultados por este Diario dijeron que en una vivienda del lugar ocupada por una pareja, la venta de drogas es incesante, tanto durante el día como de noche y, sobre todo, a la madrugada.
En motos, en bicicleta y de a pie entran y salen de este pasillo de manera ininterrumpida adolescentes y personas adultas con el solo objetivo de comprar pequeñas dosis de estupefacientes que adquieren con facilidad en una vivienda del sector.
En esta parte del barrio, todos los vecinos saben y señalan la casa donde comercializan droga. Es un dato público y notorio, y todos hablan de una pareja residente en esa vivienda como responsable de estas maniobras ilícitas.
"Es cuestión de pararse diez minutos en la entrada del pasillo para saber lo que está pasando, no es algo oculto, muy por el contrario lo hacen a la luz del día y a la vista de todos", describió un vecino de la zona.
Una mujer contó que días atrás la Policía aprehendió al costado del Registro Civil a un joven que tenía en su poder unos pocos gramos de marihuana. "Salía del pasillo y era evidente que había comprado de allí, pero no deben atacar solamente a los consumidores, deben ir al fondo de la cuestión, desbaratar ese pequeño centro de distribución y poner tras las rejas a sus responsables", opinó.
Para los vecinos, lo peor del caso es que todo esto está sucediendo a muy pocas cuadras de una dependencia policial, la Comisaría Seccional Cuarta, situada en Trinidad González y avenida Italia.
"La otra noche vimos entrar a un muchacho que llevaba el uniforme de una empresa de motomandados, es decir que también la venta de drogas se hace a través del sistema delivery, algo de no creer...", enfatizó.
El famoso tanque
Del otro lado del Sector "D", dividida por la avenida Italia, en la playa de estacionamiento opuesta donde emerge como un gigantesco monumento el tanque de agua del barrio, se reúnen todas las noches grupos de jóvenes que consumen alcohol y drogas. Es una ceremonia nocturna que se viene repitiendo desde hace más de dos años y, respecto de la cual, nadie hace nada.
Para un vecino del lugar estos chicos no sólo consumen, sino que también comercializan. "No es posible que estén toda la noche y madrugada sentados debajo del tanque perdiendo el tiempo sin ningún sentido. Acá todos sabemos que toman alcohol y drogas, pero más de uno comentó que no es descabellado pensar que hacen otra cosa", opinó, dejando entrever que también venden estupefacientes al menudeo.
Por su amplia superficie, población y la manera en que están distribuidas las casas, atravesadas por calles, avenidas y gran cantidad de pasillos internos, el barrio 2 de Abril es un escenario propio para la explotación de estas actividades ilícitas en todas sus formas.
La Policía hace sus patrullajes nocturnos por las principales calles del barrio, con recorridas que cubren la parte externa del complejo, algo que rinde sus frutos a medias porque los principales hechos punibles por la ley suceden en el interior, protegidos por oscuros pasillos, solitarios canchas de fútbol y taciturnos espacios recreativos.