En diálogo exclusivo con La Mañana,
la economista y profesora universitaria Delfina Rossi aseguró que para lograr que la Argentina salga de la recesión económica que atraviesa, se debe aplicar en los diferentes sectores laborales del país "una recomposición salarial lo suficientemente fuerte para lograr una reactivación de la ocupación, aunque esto signifique algunas subas de precios en ciertos sectores".
A su vez, mencionó que varias consultoras pronostican para 2019 una inflación anual del 28%, y puntualizó que la recesión económica "contiene" los precios minoristas de algunos sectores comerciales, porque las importantes caídas en la demanda y en el consumo reducen las posibilidades de aplicar importantes aumentos en los costos finales de determinados bienes y servicios. "Los pequeños comerciantes procurarán mantener sus valores, pero eso no garantiza que se consigan inversiones o que se genere ocupación, porque se trata de un efecto secundario negativo de la crisis actual", acotó.
"Con un aumento de los salarios, se producirá un incremento de la demanda y de la oferta, con lo cual se creará empleo en distintos sectores y se producirá un incremento en el nivel de actividad de la economía interna, aunque se produzcan algunas subas de precios. De lo contrario, estamos 'cambiando un mal por el otro': a cambio de no tener subas de precios, el Gobierno nacional propone que nos quedemos sin trabajo, sin sueldo, sin comida y sin casa", manifestó la licenciada.
"La inflación es un fenómeno de precios relativos que se debe verificar controlando la estabilidad del tipo de cambio y de los precios de bienes y servicios esenciales, como los alimentos y las tarifas, para garantizar que toda la población tenga acceso a una vida digna. Esta es la premisa del Estado, y que a veces se pierde", explicó Rossi a este diario.
A su vez, la especialista expresó que los incrementos en los servicios públicos que anunció recientemente el Gobierno nacional "parecen negar las serias dificultades de la mayoría de las familias argentinas para poder llegar a fin de mes".
En este sentido, la experta indicó que de las 20 millones de personas que componen la población económicamente activa, unas 10 millones tienen serios problemas para subsistir. "Se trata de monotributistas, trabajadores autónomos o ciudadanos que viven de changas. Los demás trabajadores se desempeñan en la formalidad, aunque con salarios que tuvieron una fuerte pérdida del poder adquisitivo durante 2018", apuntó.
2018: la peor caída de la
industria y el comercio
En otro orden, la economista aseveró que 2018 fue "el año de la consolidación de las consecuencias del modelo económico impulsado por el presidente Mauricio Macri, con una recesión que generó la peor caída de la industria y del comercio en muchos años".
"Pudimos observar cómo las ventas minoristas se desplomaron durante Navidad y el fin de semana de Reyes. Esto es producto de un esquema que nos quiere hacer creer que atravesando un 'ajuste' de estas características, vendrá un futuro mejor, algo que es una falacia. Acá, de lo que se está hablando es de dejar a argentinos y argentinas afuera del sistema económico; y el Gobierno nacional anunció a fines del año pasado un calendario de 'tarizafos' en los servicios públicos que afectan en mayor medida a los salarios de las personas que menos tienen", remarcó.
"Esto no es una discusión sobre la existencia de los subsidios o la eficiencia o no del Estado, como se afirma desde la Nación. En verdad, los subsidios sirven para redistribuir la riqueza. Si el Estado, con los impuestos progresivos que se cobran a los sectores que más tienen, reduce el costo final de la luz, quien posee menos ingresos se beneficia un poco de esa distribución", resaltó por último la licenciada Defina Rossi.