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"Me costó mucho, pero entendí que era mi hija y la tenía que aceptar"

El mensaje de la mamá de Erika Rojas, la chica trans asesinada dos años atrás, en el marco del conversatorio sobre diversidad realizado el domingo. Los detalles de un encuentro donde se disputaron los prejuicios y las normas culturales.



DIVERSIDAD

En el marco del mes de la lucha por la violencia de género, el domingo último se realizó el segundo conversatorio sobre diversidad, organizado por el Colectivo de Mujeres, Lesbianas y Trans de Formosa. Se contrastaron visiones, las diferentes representaciones de cada participante sobre la diversidad; y los prejuicios, la heteronorma y los patrones culturales, entraron en disputa. 

¿Qué quiere decir trans? ¿Cómo es que conceptos como "Traba", "travesti", "torta", utilizados desde un lugar despectivo, fueron apropiados por el colectivo LGBTIQ+? ¿Qué significa LGBTIQ+? ¿Por qué, de nuevo, encasillar en conceptos "lo diverso"? ¿Cuáles son las discriminaciones que persiguen a la comunidad trans, a lo largo de su vida? ¿Cuáles son los derechos ya conquistados, y sus luchas? Estas fueron algunas cuestiones abordadas y pensadas en colectivo, y "desde los márgenes", según reflexionaron. 

La marginalidad es en este sentido, un lugar desde donde mirar la realidad fuera de la estructura bajo la que crecimos, para entenderla y entender-nos de otro modo, desde el respeto, desde una perspectiva de iguales, de género. Pero también, hablar de "marginalidad" es interrogar a la exclusión como producto de una discriminación histórica a los o las "diferentes", a quienes no encajan en el binarismo biológico normativizado, a quienes -incluso- se auto excluyen por no tener espacio en la vida social, como un mecanismo de defensa ante el dolor.

Erika

El conversatorio se realizó en una zona periférica de la ciudad: en el barrio San Jorge, más precisamente, en la casa de Evangelina Prieto, la mamá de Erika Rojas, una chica trans violentada y asesinada en el 2016. Eva participó del conversatorio desde su rol de mamá, para que su testimonio cree conciencia, pero también, para sanar su dolor, en compañía.

"Erika era una chica divertida, con muchos amigos. Y por salir a bailar, y por su condición, pasó lo que pasó y hasta hoy la sigo esperando", describió con lágrimas en los ojos. Erika Rojas tenía 29 años cuando salió a bailar y no volvió. Su cuerpo fue encontrado en estado de descomposición y parcialmente quemado en el Barrio Parque Industrial de la Ciudad, como si fuese una basura. La asesinó su travesticida y luego el abordaje de los medios, la violentaron aún más. Desde ese 1 de abril hasta hoy, su familia y amistades, reclaman justicia.

"Tengo dos hijas más y ella es la única que es así", expresó Eva, mientras su madre recibía a los participantes del conversatorio en su casa. "Me costó mucho aceptarla, aceptar su identidad de género, pero gracias al padre Ponciano, entendí. Él me ayudó mucho. Yo me sentía mal, pero no por la forma de ser de Erika, sino por la mirada de la sociedad. A mí me dolía como mamá, que la miraran mal, que le digan cosas. Me duele", comentó.

Las personas trans sufren discriminación desde la adolescencia -o incluso la infancia- y a lo largo de su vida; en el ámbito de la escuela, en el espacio público y también dentro del ámbito familiar.
El rechazo social es tal, que hace que muchas trans se vean obligadas a dejar su casa y a abandonar el colegio. Incluso, al no contar con estudios completos, sumada a la particularidad de la identidad con la que se perciben, conseguir trabajo es casi un imposible. Y si bien hoy muchos de sus derechos están reconocidos en la legislación nacional, siguen siendo marginadas. 

Por esto, Eva, desde el dolor por haber perdido a su hija, dejó un mensaje para todas las familias de una persona con género disidente (ya sea trans, travesti, transgénero, lesbiana o gay): "Yo le diría que hay que entenderles, que cuesta pero que son nuestros hijos. Es lo que tenemos que aceptar. Además, conozco muchas amigas de Erika que no están con la mamá, porque las echaron de la casa o las discriminaron. Sería tan diferente la vida de ellas si las familias las aceptaran".

En el marco de las actividades en este mes de la lucha "por una Formosa libre de violencia de género", artistas voluntarias le pintarán un mural en honor a Erika que se inaugurará el 25 de noviembre. Será para Eva, para los vecinos del barrio, y también para la sociedad de Formosa. Para recordar, para crear conciencia sobre el travesticidio, y que para que "paren de matarnos".


*Por: Daniela Carrizo (periodista)


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