Según explicó, "bullying" es un término pensado para hablar sólo, de adolecentes que necesitan ser cuidados, ser educados y están bajo la responsabilidad de los adultos. "Un término que apunta a excluir a alguien de algún grupo donde tienen que convivir todos los días, sea una escuela o un club, y donde el victimizado no puede responder de manera defensiva", aclaró. 

 
Sin embargo, el término se confunde: "Si hay un periodista que se pelea con un panelista, no es bullying, si se critica una cantante, no es bullying, si el docente agrede a un niño, tampoco; en todo caso es abuso de autoridad. Cualquier situación de humillación dentro de un territorio escolar, no es bullying. Si hablamos de adultos, hablamos de otras situaciones y conflictos".

Libres de Bullying

La especialista trabaja en Buenos Aires, desde hace 25 años en la materia. "Lo llamamos bullying en el 2002, 2003. Fundé la asociación civil, para tener apoyos que nos brindan algunas empresas, para llegar a todo el país", comentó. Trabajan con chicos, con docentes y con las familias. A veces con los medios de comunicación, con la policía, con los bomberos, y con todos los componen a la comunidad, donde los niños aparecen como emergentes de un conflicto social que no le escapa nadie. 

 
"Hacemos talleres, campañas de sensibilización, encuentros de capacitación con docentes, brindamos estrategias y asesoramiento, y recibimos familias y chicos en situación de", indicó. En este sentido, Zysman relaciona a la escuela en la sociedad: "no es una isla- dijo- porque fuera de la escuela pasan cosas que afectan directamente la vida de adentro".

Ciberbullying

"Al principio nos consultaban los chicos victimizados por sus compañeros, o los padres que consideraban o sospechaban que éstos estaban en ese lugar; ahora también nos consultan por la relación de sus hijos con las redes. Ven que agreden que atacan, que hacen grupos", comentó.
En esta línea, explicó que "las redes amplifican muchísimo esta problemática, porque la vergüenza de las redes es multitudinaria". "Los chicos, si hoy no tienen seguidores en las redes, sienten que no están vinculados, no comparten. Si bien les abre un mundo de comunicaciones espectacular, al mismo tiempo los expone a ciertas cosas, y no se pueden ir y su humillación queda para siempre".

El efecto que causan las redes al bullying es, a veces, incontrolable: "Las burlas Pueden ser magnificadas, reformuladas, expandirse a otros países. Y los chicos quedan desnudos, desarmados antes los demás. Los chicos se filman en situaciones muy intimas, y esa intimidad se comparte, se viraliza, se modifica", resaltó. 

En relación a otros países, en cuanto a las formas de darse el bullying, Argentina encuentra similitudes con Latinoamérica. Así lo comentó Zysman y aclaró que incluso, hay cosas en común con España e Italia. 

Sin embargo mencionó que "hay países con educación pública mas pareja, que en cada región funciona de la misma manera y con los mismos recursos, entonces pueden pensar protocolos para todos. Acá nos encontramos con una diversidad enorme. Hay distintas modalidades".

Víctimas y victimarios

"Los adolescentes de hoy buscan pertenecer a grupos que se consideran, son los exitosos. Muchos chicos ven ciertas maneras de un ser adolescentes, que creen que deben cumplir, y cuando les proponemos desramarlas, están contentos de tener que hacerlo: cuánto tiene que tomar un adolescente, qué tiene que hacer, cómo tiene que transgredir, a quién tiene que molestar", ejemplificó.