Si creemos que la música siempre atraviesa realidades y une a las personas de todas las comunidades, el coro Cultura Qom materializa esta idea al nacer hace dos años como un espacio de contención a los más jóvenes de la comunidad Namqom.
La iniciativa reúne a más de 30 niños y jóvenes de entre 10 y 17 años de la comunidad que asisten diariamente al comedor comunitario "Luz de Vida", a cargo de Sonia Santiano.
El director del coro, Edgar Arias, contó que ensayan todos los días luego de tomar la merienda y que este espacio busca generar en los chicos, a través de la música, un interés que los desvíe del flagelo de las adicciones, que les contagie interés por la vida y les encienda la esperanza y el deseo de perseguir sus sueños; además de revalorizar los orígenes y cultura Qom.
"Trabajamos silenciosamente, y a través de este proyecto queremos no solamente que los chicos canten sino contenerlos artísticamente y que no caigan en los vicios. Buscamos darles esa contención, hablar con ellos. Y después, lo artístico. Hace falta hablar con los chicos. Hace falta una charla siempre. Hablar de las vidas de cada uno y plantear los problemas. Escucharlos; después, el canto. Eso sería el final de cada historia. Los chicos empiezan a soltarse y comienzan a hablar y buscan transmitirse", aseguró.
Así también, señaló que buscan que no tengan vergüenza al expresarse; que si se equivocan, digan que no les sale y tratar, entre todos, de solucionarlo: "Siempre resaltamos el respeto. Todos estos chicos tratan de levantarse con su voz. Ese es el marco. Cuando nos equivocamos, no hay que reírse, sino apoyarse. Nuestro estilo es el originario, nuestra cultura, nuestro idioma".