La Estrategia está condicionada por el punto de partida -el Diagnóstico-, influido por sucesos impredecibles, otros producto de acciones de la oposición o errores nuestros, evolución de predecible a azaroso, cambiando las metas programadas y hasta el objetivo. El ajuste es una parte indispensable en la estrategia pero es insuficiente, porque se requieren políticas de Integración y Desarrollo que minimicen la incidencia negativa y condicionante, mediante el incremento de la producción de bienes y servicios, con su bagaje de beneficios económicos y sociales, empleo, divisas, progreso. La herramienta del Crédito es esencial y no se la usa. La política fiscal está trabando emprendimientos. Los controles están desmantelados. La sinergia para dinamizar la economía se alcanza al trabajar todos los órganos del Estado en forma conjunta en pos de objetivos de superación, consensuados entre el gobierno y la oposición constructiva.
La Política es un arte que parece la ciencia del Poder como manifestación de ideologías y culturas.
Poder es hacer que pasen cosas o impedir que sucedan.
Nuestros próceres, de ascendencia española, representaban un intento de innovación, porque llevaban en su pecho el espíritu del descubrimiento de América, la conquista y la civilización, la universidad, la religión que los llevó a conquistar al cercano Oriente y la ambición y el despertar del conocimiento científico. Salieron arriesgando sus vidas, solo guiados por la brújula, a buscar nuevos caminos en el mar primero y nuevas tierras luego.
Los valores hacen al sacrifico, la perseverancia, la Concordia, la Libertad y el porvenir. Nuestra historia es rica en enseñanzas, a veces distorsionada por la codicia.
Argentina estuvo hace 70 años, entre los diez países más ricos, educado y progresista, crisol de razas, ejemplo. Se hizo con Voluntad, conocimiento y equipo humano y naterial capaz de producir bienes y servicios de excelencia y promover el desarrollo en toda la geografía. Se logró un lugar en el mundo y valoraron nuestro arte, ciencia, habilidades y el teatro de mejor acústica en el mundo, muestra representativa de un país orgulloso de su entidad cultural.
Al terminar la segunda gran guerra mundial en 1945, nuestro país era riquísimo y lo sigue siendo. Es tiempo de poner la inteligencia, la voluntad de integrar al país y la sociedad, conocer nuestras fortalezas y trabajar para superar debilidades, planificar con la prioridad puesta en el desarrollo económico y la superación de las desigualdades . acechanzas y resentimientos.
Primero la Patria, luego la cancordia en pos de una sinfonía en el funcionamiento, somos todos buenos, pero si tenemos en claro honradez como el camino y trabajo en equipo, eficientes, solidarios, planes estratégicos, la excelencia será el premio, alcanzaremos el éxito de la integración nacional y el progreso compartido.
Tuvimos alguna vez un país que era blindado al ataque del poder financiero, con autoabastecimiento de energía, con ferrocarriles, organismos confiables de control justicia confiable, promoción de actividades productivas por medio del crédito, pero hubo gobiernos equivocados en los 90 y nos endeudamos, vendimos los Bancos, las empresas del Estado que hacían a nuestra soberanía política e independencia económica y perdimos competitividad, quedamos a merced del poder financiero y los amigos del gobernante, y coimas mediante, se arriaron las banderas de justicia social del partido gobernante.
Luego llegó una mafia de ladrones, que sumaron a los restos de la guerrilla, quienes no pidieron permiso, tuvieron inmunidad y hasta fueron jugosamente indemnizados. En nuestra República federal vemos que ganaron la guerra los corruptos y su mayoría parlamentaria les permite que co-gobiernen en el Parlamento y hasta tuvieron una Justicia "Legitima", que les garantizaba impunidad. Siguen actualmente haciendo operaciones de inteligencia ocultos en la clandestinidad.
El Gral. Perón los trató de "imberbes" y fue generoso, porque también había asesinos entre ellos.
Es necesario que la Justicia "legal, honesta, idónea, oportuna", cumpla fiel a su obligación de cuidar a la sociedad y corregir con ecuanimidad, para que nuestra sociedad salga adelante y progrese con garantías, para el pueblo y no solo para los gobernantes.
Es hora de recapacitar, Nación y provincias, tenemos la responsabilidad de sacar adelante, juntos, a la República Argentina.