Hace más de 20 años trabajando en una empresa en el área comercial, desperté a un intenso proceso de búsqueda interior sin pausa que dura hasta hoy, intuía adentro mío que había algo más de lo que observaba del mundo y de mí.

Movilizada, buscaba sin saber qué al principio, me metía a navegar en Internet para investigar cuestiones relacionadas con el fenómeno del despertar de conciencia, psicología, historia antigua, física cuántica, sabiduría ancestral, conocimientos holísticos, espirituales, metafísicos, seguía a personas que a través de sus experiencias tuvieron un giro transformador positivo en su vida, etc. 

 
Y en paralelo, me ocupaba de mis responsabilidades diarias. Me introduje en un proceso de metamorfosis y transformación existencial, cuestionándome esos paradigmas, creencias que me acompañaban en ese momento, mi realidad poco a poco ampliaba sus fronteras. 

Me noté silenciosa, contemplativa, hablando menos, observando más, una actitud crítica me comenzó a asistir; en lugar de acatar o aceptar afirmaciones que escuchaba, empecé a cuestionar en el buen sentido mis/ los supuestos, dejé de ser espectadora para ser protagonista al darme cuenta que el cambio exterior solo se da con un cambio interior, registré que, cambiando la manera de ver las cosas, las cosas cambian de manera; yo fui siendo ese cambio que quiero ver, emergiendo con un nuevo sentido de vida.

Conectada con el inmenso poder transformador y creador que tenemos como humanos, sabiendo que lo único que existe es el ahora, disfruto aquí y ahora ahondando en mi autoconocimiento, dando la bienvenida a una nueva manera de ser y estar, redescubriéndome surjo como novedad, la autoconfianza se va solidificando día tras día, porque al conocerte adquirís seguridad, autoestima, aceptación, respeto; intuyendo más allá de las posibilidades palpables de lo que yo era capaz, comprendí que los límites solo están en la mente de quien los crea, porque cuando creés algo lo creás en la realidad, solo otorgamos vida a aquello donde ponemos la atención o foco.

¡Si crees que no podés, dalo por hecho! ¡Y si crees que podés, dalo por hecho! En ambos casos se está en lo cierto, el cerebro nunca cuestiona creencias, solo obedece.

Al poco tiempo de eso me desvinculé de la empresa, me metí de lleno en el mundo del Coaching Ontológico, aprendiendo a través de la experiencia un mundo revelador con herramientas coherentes de transformación para accionar con PODER haciendo que las cosas pasen.
Se sufre no por los hechos en sí, sino por cómo se interpretan esos hechos.

Profundicé en el mundo de las emociones para qué sirven y a no luchar contra ellas, cómo capitalizarlas para ser agentes de cambio, afinando ese conocimiento en la relación con el cuerpo y las creencias.

Al culminar esta formación me introduje en otra, graduándome: el Counseling, consultoría psicológica con enfoque en logoterapia, del Dr. Víctor Frankl. Sumando conocimientos de psicológica espiritual de la existencia humana, como entendernos en relación a un todo integrado y relacionado, todo tiene que ver con todo, somos sistémicos y encontrando el sentido dejamos de sufrir para responsablemente trascendernos e ir más allá de nosotros al encuentro de un otro.

Después de graduarme, comencé otra formación con enfoque complementario: la Biodecodificación biológica, quien afirma que la enfermedad es una respuesta biológica de supervivencia para salvarte la vida, con un mensaje para ser decodificado, cada enfermedad te dice algo, está invitando a un cambio positivo para una vida mejor.

La vida nos va llamando a todos, nos invita a realizar un servicio, una tarea más allá de uno mismo, mediante la propia experiencia de vida.
¡La clave es darse cuenta para responder ese llamado!

Mi llamado es acompañar a que otros puedan encontrar el sentido de su vida, así como yo pude encontrar el mío.
¡Cuando tenés un "para qué", el "como" siempre aparece!