La familia, los amigos, compañeras y compañeros de colegio, vecinas del barrio, amigas de la familia y amigos de los amigos. Adolescentes y niños que nunca antes la habían conocido. Mujeres de distintos colectivos y organizaciones que luchan por NiUnaMenos. También docentes y directivos de su exescuela. Todos y todas se concentraron el lunes a la siesta en la plaza San Martín y marcharon “por Daiana; por todas”.

“Estamos muchísimas personas reunidas aquí porque no tenemos respuestas en ninguna parte. Sólo sabemos que hay un detenido mayor de edad. Nada más”, expresó Eugenia, la tía de Daiana Samana, la joven de 16 años víctima del cuarto femicidio del año en Formosa.

“Estamos destruidos. Agradezco a las personas que acompañan en este difícil momento a cada uno de nosotros. Recibimos acompañamiento pero necesitamos la verdad, que informen el nombre del asesino”, agregó.

Daiana desapareció el martes último. Dos días después, la encontraron muerta en el velódromo. La habían matado. La familia denuncia la falta de celeridad en la acción policial. “El miércoles supimos una pista de donde podía estar Daiana, pero la Policía actuó tarde”, comentaron en diálogo con La Mañana. Por eso marchan, para pedir información y para que la causa siga su curso. Marchan para que se haga justicia por Daiana y para que la sociedad vea “que mataron a una piba en la cara de la gente”. Marchan para que no haya ni una menos.

Los compañeros de Daiana del Colegio Pellegrini convocaron a esta marcha y la sociedad acompañó. “No la conocemos, pero nos interpeló mucho. Por eso vinimos. No solemos participar de las marchas de Ni Una Menos, pero este caso nos hizo reflexionar. Por eso lo hacemos, porque Daiana pudimos haber sido cualquiera de nosotras, cualquiera de nuestras hermanas”, expresaron tres amigas de 15, 16 y 17 años de la EPES 57 del barrio Liborsi. Como ellas, muchos más.

Con la familia de la joven asesinada encabezando las filas, marcharon por la avenida 25 de Mayo hasta el Mástil, ida y vuelta. La familia de Sofía Puyó, la joven que murió en un accidente de tránsito por la imprudencia del conductor a quien acompañaba, Diego Ramoa, se sumó al pedido de justicia y acompañó.

Decidieron continuar marchando cada lunes, a la misma hora. Hasta tener justicia, hasta sentir paz.